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Jardín detrás de Calle J.J. Domine

  Hoy he ido al Jardín de detrás de la Calle Juan José Domine . Es un jardín muy pequeño y que aglutina una serie de equipamientos diversos...

martes, enero 23, 2024

Yapigios 2 - Parte 1

 

Creo que los sacerdotes del templo ya conocían a Jmag de encuentros anteriores y pretendían congraciarse con él. Se movían a su alrededor de forma obsequiosa y se deshicieron de los peticionarios que había antes que nosotros de una manera expeditiva. Sin haberlo solicitado nos leyeron de unos coloridos y ajados pliegos la leyenda de un caballo alado llamado Chollima, el cual era tan veloz y tenía un porte tan elegante que no debía ser montado por ningún mortal. Los sacerdotes nos dijeron que teníamos que marchar al Este donde nadie había ido nunca en busca de los pastos de ese semental. El templo se ocuparía de contratar un barco hasta Atenas, y después de recalar en el Pireo y pasar unos días en tierra, luego continuar hasta Jerusalén donde terminaba nuestra travesía marítima. Una vez en zona de dominación Aqueménida, habíamos de buscar un modo para atravesar el norte del desierto de Arabia desde Jerusalén por la parte de Petra hasta un puerto llamado Jubail, cruzar y costear hasta llegar a Kolachi (Karachi), luego ya se marchaba al norte hasta Kophes (Kabul) y algo más allá.

 

El viaje hasta Atenas en barco no tuvo ningún misterio. El capitán era un persa que vivía en Jerusalén y que tenía unos negocios que hacer en el puerto de Atenas. Se llamaba Mahdi Khadim y mientras estábamos en Atenas pudimos contemplar los famosos muros largos que unían el puerto de El Pireo a la ciudad, que los atenienses habían construido hacía nada y que hacían de conexión segura a través de un largo camino protegido. Tras esa corta estancia, zarpamos rumbo a Jerusalén. Los viajes en barco no sentaron nada bien a gente acostumbrada a trabajar los olivos o las vides. Hermanos míos, en verdad en verdad os digo que estaba de color verde y no precisamente como Hulk. Se pintaba una sonrisa en la cara de los marinos cada vez que nos veían con los dedos engarfiados en nuestras tripas, andando por el barco haciendo eses con pinta de beodos o directamente vomitando en el mar. Cuando oímos el grito de Yerushalayim fue un alivio para nuestros estómagos. Lamentablemente el templo de Jerusalén que erigió el rey Salomón ya estaba derruido. Quienes regresaban de estar exiliados en Babilonia gracias a un Edicto del rey persa Ciro II estaban construyendo en el lugar que ocupó el templo del rey Salomón un segundo templo de apariencia mucho más modesta. Aparte de eso el Rey Ciro daba permiso para reconstruir la ciudad, entregando una considerable cantidad de pasta para materiales, algún que otro cigarro habano y quizá el último juego de Call of Duty para el hijo del proveedor de pescado del Sumo Sacerdote. Ya al despedirnos, el capitán persa de Jerusalén nos dijo que iba a hacernos un regalo. Dijo que teníamos suerte - parece que estáis bendecidos por el dios Zurvan - un amigo suyo de nombre Ismail Ben Symon tenía negocios en Kolachi y sabía griego y persa por lo que le venía muy bien nuestra ruta.




Dios Zurvan



En Shalem tuvimos que esperar a que se reunieran un grupo bastante grande de mercaderes que viajaban juntos pero no revueltos a través del norte de áreas desérticas de los pueblos Nabateos y los Banu Kalb desde Jerusalén al puerto de Jubail. Allí por primera vez vimos caballos a los que les había salido un grano en la espalda. Pronto añoré el viaje en barco desde Atenas, porque cuando montabas en esos bichos ibas hacia todas partes en círculos hasta adelantar un moco (perdón, un poco). Y tampoco ibas tan rápido, yo creo que andando les adelantabas. Bueno, nos unimos a un heterogéneo grupo, donde había gente de todas partes de la Ecumene griega. Habíamos comido en casa algo de ful medames, y cuando al fin se dio la salida para todo el grupo, yo ya tenía hambre. Es que no soy nadie sin mi sopa de verduras. Menos mal que una familia griega de Megara compartió conmigo su manduca. No se hicieron paradas, solo para recargar el móvil en alguna gasolinera y comprar algo de comer en una máquina de pica&pica 24 horas. Y poco a poco, demasiado poco a poco para mi gusto, y con ese andar circular que me dejó mareado perdido, finalmente llegamos a Jubail, donde había que buscar otro barco en el que cruzar el brazo de mar que nos separaba de la costa de enfrente y una vez en ella, costearla hasta llegar a Kolachi. Una anécdota, alguien me contó que se hacen carreras con esa especie de caballos con dolor de espalda y no hubo forma de que nadie me lo metiese en el coco.




Dromedario



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Yapigios 1 - Parte 1

 

Hacia el 500 a. C. vivía en la zona central de Yapigia, concretamente en la ciudad de Vetonde "la ciudad de los olivos", un agricultor de nombre Gjoan algo soñador por lo que se burlaban constantemente sus compadres cuando acudía a tomarse unos vasos de vino de Troia tras su jornada de trabajo como destripaterrones. Después de que hubiesen bebido unos tragos, le solían decir que seguro que su padre había sido un Peucetio contaminado por costumbres venidas de Grecia, de esos que estaban todo el día dándole al vino de Quios y pensando en las musarañas y al hijo le deseaban que la diosa Damatura le metiese un poco de sensatez en la mollera. Esa tarde al acabar el curro Gjoan no quiso ir a la taberna con sus "amigos". ¿Para qué? ¿para que le dijeran que tenía pájaros en la cabeza? Ojalá Zis copulase con sus mujeres como lo ha hecho con medio mundo y los dejara por cornudos.




Yapigia



NOTA: En Yapigia se hablaba mesapio que es un idioma muerto, pero se dice que el idioma actual más cercano es el albanés. El nombre de mi agricultor lo saqué de un escritor montenegrino que escribió un libro en Albanés en el S. XVI



Ya en su casa tuvo un sueño muy extraño. En él, el dios Menzanas (1) (Señor de los caballos) que era muy importante para los Yapigios le dijo que debía ir a la ciudad griega de Metapontion y hacer sacrificios en el templo de la diosa Atenea (llamada Athana en lengua culta) puesto que allí se conservaban los útiles con los que el héroe Epeo construyó el famoso Caballo de Troya. Aunque los Yapigios tenían una ciudad de Troia puedo asegurar terminantemente que no era aquella a pesar de que no os lo creáis, es que sois gente descreída por naturaleza.

Tras el sueño de marras, Gjoan decidió acudir a sus "amigos" de la taberna para saber quien quería acompañarle en su viaje al Sur. Evidentemente, en cuanto abrió la Puerta de la taberna y los parroquianos vieron quien entraba comenzaron las pullas y eso que los intentó convencer con el argumento irrevocable de que para hacer bien el amor había que ir al Sur pero no funcionó, solo cuando Gjoan mencionó su sueño y sobre todo al dios Menzanas, todos se apelotonaron e hicieron cola para acompañarle en el viaje. Lo malo es que fueron poniéndose al mando, sobre todo Jmagtertigio que era el terrateniente local y que siempre se había creído que tenía poco más y poco menos poder de vida y muerte sobre sus trabajadores, como si fuesen esclavos y a quien llamábamos Jmag para abreviar. De forma que Jmag como si fuese lo más natural del mundo, dijo que iríamos caminando rectos hacia el sur. Tan sólo caminamos unos kilómetros y mis "amigos" ya iban con la lengua fuera. Entonces tuvimos la suerte de llegar al pueblo de Caelia donde Jmag sacó su bolsa y se compró un prominente racimo de uvas y un gran tonel de agua que llevaban tres siervos suyos particulares. Hasta allí había aguantado, pero en Caelia me planté puesto que era a mi y no a otra persona (y no señalé a nadie) a quien se le había aparecido el dios. Dije que había que seguir hacia el Oeste. Mi abuelo me había contado cosas de Metapontion y sabía que junto a esa ciudad desembocaba un río llamado Bradano, y marchando hacia el Oeste lo encontraríamos. Entonces no teníamos más que seguir su curso hacia el sur y así no nos perderíamos. El trayecto no fue precisamente corto, pero tampoco tuvimos que contornear toda la costa. En tres semanas llegamos a Metapotion y enseguida buscamos fonda en el puerto. Un poco más y nos roban la bolsa con la puñetera manía que tenía Jmag de enseñarla a todo el mundo, pero al final encontramos una fonda baratita y metimos nuestros cansados cucus en ella. A la mañana siguiente ya fuimos al templo para los sacrificios a la diosa, para ver los útiles y para consultar el Oráculo que nunca está de más. Cuando después de pasar un laberinto de calles llegamos al templo, nos encontramos a los sacerdotes tomando unos cereales e higos con opson (con mucho opson), parecía mentira que fuesen personas consagradas al servicio de la divinidad. Una divinidad guerrera como Athana y que por menos les podía poner el culo morado con el palo de su lanza. Bueno, se hizo los sacrificios a la diosa y vimos los útiles de Epeo. Pero luego se nos ocurrió consultar el Oráculo del templo de Metapotion.



NOTA: Para el nombre del terrateniente he combinado dos raices de la lengua iliria con parentesco con el Mesapio hablado en Yapigia.



(1) - Se cree que el dios Menzanas tenía que ver con el Poseidón griego ya que a Poseidón se le sacrificaban caballos, toros y otros animales del mismo tipo y el escritor griego Aristófanes quien solía extraer sus piezas teatrales de la cultura popular lo denomina "Señor de los caballos".

 

 

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sábado, enero 20, 2024

Comanche de Jesús Maeso de la Torre

Comanche de Jesús Maeso de la Torre.


Bueno, como siempre Maeso de la Torre sabe introducirnos en cada libro que escribe, ofreciéndonos detalles del entorno, ya sea sobre los nativos americanos o sobre la Italia del Siglo XVIII.

Wikipedia

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