El Chamán Pito Peke ya había vuelto de su visita a los Taino y los Waikerí y había concertado una cita en la confluencia del Río Canorí con el Río Orinoco. Ese chamán tenía un nombre que siempre que visitaba un lugar causaba rechifla, pero cuando se le encomendaba una tarea la realizaba con seguridad y era perseverante en sus empeños si no se conseguía a la primera. Luego ya le tocó ir a Komme Pottoro a reunirse con los Caciques. Y al volver de la reunión estaba de un humor de perros. Y no es porque la reunión hubiese ido mal, que el acuerdo se había alcanzado, y ambas tribus irían con el Cacique Komme Pottoro en un crucero de placer por el Caribe y sus islas. Pero había tenido que hacerle concesiones al jefecillo de los Waikerí, y le repateaba el hígado, que al capullo ese no lo podía ver ni en pintura, sobre todo desde que le ganó al chamelo en la Conferencia de Caciques del año pasado y luego se regodeó pavoneándose con sus amigotes que le había ganado al Gran Cacique de los Caribes. Y para acabarlo de arreglar, siempre había que mirar hacia arriba cuando estabas delante suyo, que es más alto que la Torre Eiffel. Komme ha tenido que reconocer que la lavadora del jefe Waikerí lava la ropa más blanca que la suya, cuando todos saben que no hay ropa más blanca que la que sale del tambor de su Margherita, pero en fin todo sea por el voyage en mer.
Quedamos en que el Cacique Komme Pottoro y los suyos bajarían por el Río Canorí primero y luego por el Orinoco hasta llegar a la costa donde se encontrarían con los Taino y los Waikerí. Una vez todos juntos pero no revueltos, navegaríamos hasta la isla de Karukera (la isla de las bellas aguas - actual isla Guadalupe) donde cargaríamos algunos contenedores en las canoas y repostaríamos combustible.
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Guadalupe |
Luego de ir a la isla de Karukera, pasaríamos un momento a la isla Wai'tu kubuli (actual Dominica) que está justo al lado para comprar cosas para el crucero en un Leroy Merlín que hay allí.
Y ya se saldría de la isla de Wai … Wai … bueno de Kubuli.
Ya se estaban alejando de la isla de Kubuli y de repente se oscureció y se les echó encima el padre de todos los Huracanes, Huracán Carter en persona. Y cuando acabó todo, los que habían conseguido no hacer compañía al Titánic, no veían tierra por ninguna parte. Vamos que, Toto tengo la sensación que ya no estamos en Kansas.
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