Comentarios de libros, relatos fantásticos cortos (invenciones propias), algunos recuerdos y comentarios de paseos por jardines y museos
lunes, noviembre 21, 2022
viernes, julio 30, 2021
Leche merengada y clóxinas
Fue una mañana muy bastante agobiante, podíamos decir que en el ambiente se respiraba (cuando se podía respirar a través de las puñeteras mascaretes) el “caloret de la Rita” elevado al cubo. Me habían encargado que comprase algunas clóxinas de la playa, porque parece ser que a la persona que me lo encargó le gustan más las de allí que las que se compran en otro lado. Me encargó que le comprase unas clóxinas y unas gambas, y además un poco de leche merengada con azúcar pero sin canela. Volvía yo con ese encargo bastante específico, haciendo cabriolas y cambiando de derecha a izquierda para que me diese la sombra y no se derritiera demasiado la leche merengada que llevaba congelada en una tarrina y ésta dentro de una bolsa. Que se derritiesen las gambas o las clóxinas no me preocupaba demasiado por razones obvias, pero de la leche merengada no estaba tan seguro. Bueno, iba yo andando que te andarás, bailando una lambada con mi sombra cuando mis cansados y marchitos ojos tuvieron a bien contemplar la estilizada figura de una mujer que caminaba delante de mí. Era una mujer probablemente de algún país africano de las que se visten con vivos colores, y ropajes amplios (me refiero a largas y finas faldas y una especie de pañuelos. Pero además, esa mujer llevaba una cajita (como de bombones) en la cabeza en perfecto equilibrio. Desde luego, dada la pequeñez del objeto, pudiera ser que fuese un simple adorno, algo cultural. Pero si no es así, menuda técnica que se gastaba la chica. Porque, eso puedo jurarlo por las 9.999 estancias de la Ciudad Prohibida de Beijing, aparte del bamboleo normal que hacemos todos al caminar ese objeto no se movía prácticamente nada, la hipopótama Tueris, el hermafrodita Happi y el enano barbudo Bes son testigos.
viernes, julio 09, 2021
Culowoman
Nada, que como no ponga aquí lo del culo perfecto que “detectó” el otro día mi Ayuda a Domicilio no para de darme la lata con el bamboleo cuasi-hipnótico de dicho culo, con que era como el Terminator (la Terminator mala, esa que está buena como ella sola) de todos culos, con que podría ser la avanzadilla de una serie de culos extraterrestres (y los defensores de la Teoría de los Antiguos Astronautas dicen que sí) debido a su perfección, de que podía decirse con toda naturalidad eso de ultimátum a la Tierra por parte de la Galaxia Culox, que ahora el Asturiano que diga “me queda un culín de sidra” quedaría en ridículo junto a ese apéndice, que con ese material se podría hacer un remake de película con el título “Todos los culos del Presidente”, etc. Con tantas tonterías igual me quita en puesto de Bufón Real Bloguerocibernético.
Lo cierto es que con tanto decirme lo del culo, me recordaba a mi hermano con la cantinela que les soltaba a mis padres siendo él adolescente, les decía: ¡yo quiero una mooootooooo, yo quiero una mooooootoooooo! Soy un desgraciado porque todos mis amigos tienen moooootooo y yo noooo. Pero bueno, aunque yo no soy el padre de mi Ayuda y no tengo porqué darle su moooootoo, publicaré lo del cuuuuuloooo.
Lo malo es que después me pasó factura, ¿sabéis? El culo debía soltar minitorpedos por … bueno, ya imaginarias por donde, que también imagináis que soy un chico demasiado recatado para decir por donde salen los tor-peditos. Bien, la cuestión es que alguno debió darme de lleno porque estuve toda la puñetera tarde con dolor de barriga y ganas de ir al baño. Afortunadamente para moi, fue solamente ese día. La venganza de CuloWoman.
lunes, junio 28, 2021
La Pascuala
Hoy me han invitado a jamar. Me han invitado en un Restaurante llamado, ¡tachin tachon tachun! la Pascuala, eso sí que es tener caché. Además, el día comenzaba bien. Iba caminando tranquilamente como quien no quiere la cosa por la parte del Puerto, cuando me llaman al móvil (celular para algunos), me comentan lo de la comida y que me recogerían con su coche puesto que estaban cerca. Al llegar el medio de locomoción anteriormente indicado, casi me caigo de culo mientras me autoaguantaba la portezuela del carro y metía una patita en él. Delante veo una chica espectacular que al darse la vuelta muestra una espada completamente cubierta de tatuajes con lo que creo era estilo trencadis. Al volver a darse la vuelta, ¿sabéis que a los currículums usualmente se les adjunta una carta de presentación? Pues esa mujer se podría decir que poseía una muy buena carta de presentación. Buenos argumentos, vamos. No sé si me entendéis. ¿No? no, ya sé que no lo hacéis. Pero yo no tengo la culpa que vuestro nivel de comprensión se asemeje al de un presentador de Telediarios. No sé porqué pero al entrar completamente en el coche iba con una sonrisa de oreja a oreja. Lo que hace la edad, ves a una chiquilla agradable a la vista y … puños fuera, perdón testosterona fuera. Por fin fuimos al restaurante a repostar. Y cuando llegamos y nos sirvieron, digamos que entonces eché de menos a Sheldon Cooper cuando amenaza telefónicamente a un Restaurante que ofrece comidas para llevar, diciéndole que recordara que sus feroces críticas hicieron que cerrara no recuerdo qué empresa. La Pascuala tiene bastante nombre, pero la comida no estaba a la altura de dicho nombre. Claro que existe otra posible explicação. La Pascuala es famosa sobre todo por los almuerzos con bocadillos (bocatas para algunos) de varios tipos y cosas para picar, no por las comidas, aunque sea para salir del paso y la nuestra lo era, a Melkart pongo por testigo.
domingo, diciembre 01, 2019
Odio a muerte la maratón
A partir de hoy, odio a muerte la Maratón, la media Maratón, los 3/4 de Maratón y el famoso 3 kilos maratoniano con guarnición de cebolla y tomate. Odio hasta al pobre Filipides o a Tersipo o a Eucles o a quienquiera que comenzase lo del nombrecito. Solo sé que hoy iba tan feliz y contento al yacimiento del íbero Tos Pelat en Moncada, iba a cruzar la Calle de la Reina que tengo casi enfrente de mi casa y ¡hop! ¡quieto parao! veo pasar un río continuo de corredores que más parecían cabras en celo, unos detrás de otros, los tías con gorra tipo Nike generalmente puesta del revés y muchos tíos con la calva al solito que les hacía falta un limpia parabrisas, eso sí todos llevaban esas cintas para el sudor considerándose de esa forma un poco como atletas profesionales, había uno hasta con un aparato de esos que es a la vez pulsómetro, podómetro, cronómetro y todos los metros que se pueda uno imaginar. Perdonar por el cabreo, pero es que el corte de la calle me ha jodido el plan y habré de rehacerlo. Desde luego la mayor parte de la gente cruzaba esa marea humana por otro lado interminable a la carrera y seguía con su día, pero es que yo no puedo correr, ni siquiera un poco, porque a la mínima, ¡pataplum! És tot amics. Eso es todo amigos. That's all, folks.
jueves, octubre 17, 2019
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jueves, julio 25, 2019
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domingo, mayo 19, 2019
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martes, abril 30, 2019
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martes, marzo 05, 2019
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martes, febrero 19, 2019
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