Como el pintarrajeado no había sido una gran ayuda para guiarnos en nuestro viajecito, nos sentamos en grupo a charrar mientras nos pasábamos un pellejo de vino que habíamos canjeado por una mazorca de pan de maíz al otro lado de cruzar las últimas CORRIENTES. Hablamos bastante, pero lo único que conseguimos fue achisparnos y violentarnos algo, que el vino era algo peleón. Era el año de la pera y los vinos franceses no habían alcanzado la calidad que tienen ahora. Era eso, o que nuestro paladar no era el de un connaisseur de vin. Así que varios nos fuimos a dar una vuelta y a tomar el aire. Y estaba yo caminando por la playa cuando ya estaba algo oscuro - habiendo dejado a Mamón junto a unas rocas ya que le dolía la tripita -. Y oye, las bolsitas para recoger los "restos" que vaya dejando Mamón si queréis, las usáis vosotros. Yo ya me jorobo bastante intentando subirme a una roca cuando quiere devolverme un hueso que le he lanzado. Ah, y un inciso. Cuando digo que Mamón me quiere devolver un hueso, lo hace con la trompa claro. No creeréis que agarra el hueso con la boca como un perro cualquiera. Joder, para algo tiene la trompa. Eso !!! para coger huesos. De cajón. Bien a lo que iba, estaba yo caminando por la vida y de repente veo algo enterrado en la arena. Entrecierro los ojos, porque estaba ya algo oscuro pero no creo que sea verdad lo que contemplo. Yo creo que lo es, pero no estoy seguro. Es que sería algo tremendo. Bueno, no solo está enterrado a decir verdad, su tela está toda llena de arena como si hubiese pasado un buen tiempo bajo ella. O quizá es que ha llegado por mar, quien sabe? Tampoco sería descabellado que esto hubiese ocurrido de esta manera, muchas cosas han llegado así últimamente … Se trataba de una de esas gorras llamadas de camionero o de malla, con la parte de delante rígida y la de detrás con una redecilla y transpirable que se comenzaron a confeccionar en los Estados Unidos. Cogimos la gorra como una ofrenda para nuestros ancestros, que así el difunto Tío Uke lele o la añorada Nana Licuadora irían más "cool" tocados con ella. Y no sé igual a cambio nos dirían algo de hacia donde demonios ir. Solo que después de lo de la gorra, pasaron días sin que ocurriera nada de nada. Al final un día diario, gris como solo lo saben parir estas latitudes me desperté bañado en sudor. Había dado vueltas y más vueltas en el catre que me había agenciado por un sueño profético en que aparecía una y otra vez Nana Licuadora. Madre de Tanit! no, no era esa clase de sueños. Te imaginas soñar así con Nana Licuadora? Brrrr … Pareció señalar al Noroeste con su dedo rechoncho y creo que dijo algo como Caer Wallawg, pero no estoy totalmente seguro porque mi sueño no tenía casi cobertura y la voz de Nana la escuchaba muy entrecortada, pero debía ser el nombre de algún lugar.
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