La
duda lleva al examen, y el examen, a la verdad. Pedro Abelardo (1079-
1142); filósofo y teólogo francés.
Que
me odien con tal de que me teman. Lucio Accio (170-86 a. C.);
escritor latino.
Con
suavidad en la forma pero con fortaleza en el fondo. Claudio
Acquaviva (1543-1615); jesuita italiano.
El
que quiere gobernar debe oír y no oír, ver y no ver. Johannes
Sneider Agrícola (1494-1566); teólogo culterano.
Quien
habla todo lo que le place, ha de escuchar lo que no le place. Alceo
(siglo VII a. C.); poeta lírico griego.
De
pequeños principios resultan grandes fines. Alejandro Magno (356-326
a.C.); rey de Macedonia (el Grande, llamado).
Gloria
falsamente alcanzada poco permanece. Mateo Alemán (1547-h. 1614);
escritor español.
La
juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu.
Mateo Alemán (1547-h. 1614); escritor español.
El
silencio es el signo de la sabiduría y la locuacidad es señal de la
estupidez. Pedro Alfonso (1062-h. 1140); escritor hispanohebreo.
No
te apresures a responder hasta que no te acaben de preguntar. Pedro
Alfonso (1062-h. 1140); escritor hispanohebreo.
Los
cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen. Alfonso X el Sabio
(1221-1284); rey de Castilla y León, llamado el Sabio.
La
lengua es lo mejor y lo peor que poseen los hombres. Anacarsis (siglo
VI a.C.); filósofo escita.
Nada
nace ni nada perece. La vida es una agregación y la muerte una
separación. Anaxágoras (500-428 a.C.); filósofo griego.
¡Y
pensar que hay insensatos que en esta misma hora sueñan con riquezas
y distinciones! ¡Qué sedosa es tu cabellera, amada mía! Omar
Khayyam 1050-1122
El
origen de la inteligencia de los hombres reside en sus manos.
Anaxágoras (500-428 a.C.); filósofo griego.
Hay
dos cosas que el hombre no puede ocultar: que está borracho y que
está enamorado. Antífanes (408-334 a.C.); comediógrafo griego.