Yapigios 3 - Parte 1

 

Famosa por su comercio de exportación de papiros y la pesca de perlas, estuvimos poco tiempo en Jubail. Pronto encontramos un Sanbuq y nos embarcamos al otro lado del Limen Persikos.

Antes de cruzar, el patrón del Sanbuq nos propuso que costeásemos el mismo litoral en el que estábamos ya que cerca de Jubail se encontraba el puerto comercial de Dilmun (hoy desaparecido) que conectaba con Meluhha. Solo que Dilmun también tiene su mitología. Parece ser que fue el lugar de la Creación para el Pueblo Sumerio. Es una tierra donde los leones no matan, los lobos no se llevan corderos, los cerdos no saben que los granos son para comer. La Patrona de Dilmun es la diosa Ninsikil, hija de Enki y probablemente de Ninhusarg cosa que no puedo asegurar. A Ismail le pareció demasiado idílico y que nos retrasaría y Jmag simplemente se rió en la cara del capitán, que era Capitán solo de nombre porque el barquichuelo ese aguantaba menos que un barquito de cañas que hacía su sobrino para jugar en el río de nuestra aldea, y ahí se pasó tres pueblos que menos mal que el patrón no lo entendió porque sino ya nos veo en el fondo del mar matarilerilerile, en el fondo del marmatarilerilerón, chimpón. Lo cierto es que no se sabe por qué motivo un enclave comercial fue asimilado como el paraíso para los sumerios. Quizás fuese su verdadero lugar de procedencia idealizado o los comerciantes contaban historias maravillosas para mantener el negocio activo que con el paso del tiempo perdieron dicha función y se entreveraron con el resto de su corpus mitológico. Sin embargo, los textos sumerios de naturaleza económica nos ofrecen una visión mucho más sobria, seria y comercial, con un tono muy alejado de lo literario. Dilmun es mencionado como el lugar de origen de las piedras preciosas, del cobre, de plantas y animales exóticos, de la madera y de canteras de piedras, así como de la mirra y el incienso, productos muy ligados al culto y la religión. Como hubo opiniones no muy favorables al viaje a Dilmun, seguimos el guión que ya planeamos en el templo de Metapontion y simplemente cruzamos para ir costeando. La única población en la que nos íbamos a detener (y no demasiado tiempo) se llamaba Hormirzad y era relativamente joven. Helios pasó por encima de nuestra cabeza varias veces hasta llegar a nuestro destino donde Ismail Ben Symon nos presentó a unos amigos suyos y nos alojamos con ellos.





Dilmun




Tras esa presentación, Ismail salió a hacer sus negocios y de paso a tratar de establecer contactos para que pudiésemos ir hacia el Norte en compañía. Al quinto día nuestro anfitrión se enteró de que salía una pequeña caravana comercial hacia Kophes, de forma que nos tocaba montarnos de nuevo en esos caballos con la espalda mal hecha. Bueno, nuestro anfitrión nos comunicó la noticia, le dijimos a Ismail que podía dejar de buscar, y marchamos a la Plaza del Mercado de Kolachi de donde en seis jornadas salía la caravana hacia el norte. Cuando llegó el día, por segunda vez nos unimos a una caravana, si bien no tan grande como la de Jerusalen, y esta vez tampoco nos dio la sensación de estar abandonando lentamente Egipto. Bueno tuve una sorpresita, esta vez mi "caballo" no tenía un grano en la espalda sino dos, no quieres caldo toma dos tazas.




Camello



Nuestra primera breve parada para comprar un burrito y cosas de esas fue en la ciudad de Larkana. En unos cinco días llegamos a la ciudad de Derawar con su pozo de agua dulce permanente muy próximo a un lugar bastante árido. Allí estuvimos algo más y descansamos con nuestras monturas. Tras una jornada de descanso, nos pusimos en camino hacia una amurallada ciudad con el harapiento nombre de Harappa junto a un cauce del Río Iravati (Ravi), cuyas aguas descienden a través de otro río, el Río Ashkini o de la luna (Chenab) y engrandecen el gran Río Indo.

 

 

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