Hoy iba a ir al Museo de Prehistoria, o al Museo de Etnología (Etnología, nunca serás mía!) que están uno al lado del otro en la Casa de la Beneficencia de Valencia, Calle de la Corona nº 36. Iba a ir allí, pero tenía el móvil muy bajo de batería y tenía miedo que me dijera que hasta ahí había llegado y se apagara de golpe, así que simplemente he ido a un jardín que hay junto a las Naves que de cuando en cuando exponen cuadros abstractos y esculturas. Es un jardín chiquito, casi cabe en un bolsillo, pero es lo único que se me ha ocurrido así de golpe.
Bueno, como hoy estaba remolón (palabra que rima con ..... COPÓN) me he levantado a las 10,30 y me he ido a las 11,00. He salido con mi andador y pronto he alcanzado la altísima velocidad de 1,00 km por hora. Con esa velocidad de 2 ceros me he cruzado casi enseguida de salir de mi casa con una mujer que arrastraba un maletín de esos de mensajería express. La mujer estaba bastante bien dotada a fe mía, y me sonrió. Sí me sonrió a mi. Quizá la impresioné con la velocidad inusitada de mi bólido. Sea como sea, lo cierto es que a día de hoy solo puedo aspirar a la sonrisa de una dama. La zona en la que habito es bastante turística, o sea que igual esa mujer era de Livorno o de Dusambé, e iba al parking cercano (palabra que rima con gusano) a la playa, vete a saber. Bien, continúo. Seguí con mi andador, que no sé yo, pero igual hacía falta que limpie algo el parabrisas porque no se ve nada con los cristales tan llenos de mugre. Primero fui hacia el antiguo puerto, donde están los Tinglados, para comprobar si en el Edificio del Reloj había alguna Exposición, pero el resultado fue negativo. Y desde allí ya fui al jardín junto a las naves, en realidad el jardín está a su lado y detrás de esas naves. Las naves se encuentran en la Calle Juan Verdeguer nº 16, 46024 Valencia. El jardín es como un ángulo recto invertido. Pongo una imagen que he sacado de internet de un vector para que os hagáis una idea de su forma, porque como imaginaba, mi móvil se ha terminado apagando.
El jardín tiene varios sectores alargados. Es un jardín bastante joven y los árboles son pequeños. Hay dos filas de estos árboles en el primer sector que se usa más que nada para pasear canes y que miccionen en ellos. Este sector canino está junto a las naves, perpendicular a la Calle Juan Verdeguer, el resto de los sectores ya está detrás de dichas naves. Justo detrás de ellas hay una sección infantil con columpios, toboganes y toda esa parafernalia. Luego hay un sector con unos mini-setos redondeados y algún abuelo vip hablando con su ligue de cuando hizo su crucero por el Volga. Más allá hay otro más despejado con algunas barras de ejercicios y el típico tipo musculitos trabajándose los pectorales para intentar fascinar a su compañera oficinista. Y al final, la omnipresente mamá con tirantes y gafas de sol paseando al perrito … con correa larga y fina of course.