martes, abril 16, 2024

La duquesa fea de Lion Feuchtwanger

 La duquesa fea de Lion Feuchtwanger

Existe un oleo satírico de un autor flamenco pintado en 1513 llamado "Una mujer mayor" o también "la duquesa fea" que muchos creen que se refiere a Margarita, condesa del Tirol y pretendiente al ducado de Carintia. Pero en el libro, Margarita es muy consciente de su fealdad y del impacto que causa dicha fealdad, cuando todo lo que hace de positivo no se le adjudica a ella, sino que es meramente suerte o la presencia beneficiosa de una tercera persona … mientras que cualquier catástrofe es culpa de Margarita. Lo dicho, Margarita es consciente de ello y lo asume. Pese a ello no deja de trabajar en favor de su país de las montañas. Y cuando la derrotan, se levanta de nuevo y vuelve a comenzar. Siempre si se sigue el libro, naturalmente.

sábado, abril 13, 2024

Ready player one de Ernest Cline

 Ready player one de Ernest Cline

Yo tengo la costumbre de ir leyendo dos libros al mismo tiempo y paso de uno al otro, es una manía mía, pero creo que hay gente que come con palillos aunque no estoy muy seguro de eso ya que suena muy psicodélico. La cuestión es que este libro es bastante adictivo y en ocasiones veo muertos, perdón en ocasiones me costaba seguir el otro libro. Esto ya me había ocurrido con libros como La hormiga que quiso ser astronauta, Sombras de mariposa, Talos de Esparta, Elantris, La sombra de Dreinlar, El aliento de los dioses, Assur ... Pero me acuerdo de esos libros, dudo que recuerde mucho de Ready player one la semana que viene por ejemplo, salvo que tiene numerosos clichés hollywoodienses, como una corporación malvada que pretende hacer de pago y poner cuotas a un lugar de libre acceso (algo así como poner vallas en la pradera del Oeste y querer limitar ese gran espacio). Y sí que recuerdo en cambio un libro que me leí a los 16 años llamado Conversación en la Catedral de Vargas Llosa u otro que leí a los 27 llamado Jhereg intriga en el castillo negro de Steven Brust.

miércoles, abril 03, 2024

Parque Urbano de Malilla

 

La verdad, no sé muy bien lo que he hecho hoy. He intentado buscar en Parque Urbano de Malilla, y al final lo he logrado y todo como un buen chico. Claro que después de todo la primera parte del trayecto fue normal. Cogí el Bus 19 hasta la esquina de la avenida del Reino de Valencia con la avenida Peris y Valero y allí me reencontré con un viejo conocido en el oso blanco del comentario del Parque Mortadelo y Filemón. Pues había una chica fornida con una cazadora negra con líneas de colores deportivas bloqueando la puerta que afortunadamente se bajaba allí. Me bajé con la chica fornida con la cazadora negra con líneas de colores deportivas y fue entonces cuando me reencontré con el osito blanco. Crucé la calle y volví a cruzar y me dijo el barquero que las chic... que continuara hasta la Calle José Capuz donde cogiese el Bus 18.

Una vez atravesé el Berliner Mauer seguí unos metros con mi carrito delante hasta dar con la parada del Bus. Tal como he dicho, cogí el 18. El conductor parecía un tío amable. Hasta me bajó el nivel del suelo del Bus para que subiera mejor el carrito. Pero nada, yo me bajé algo antes. Para vuestra información, la parada se llamaba Ausiàs March y por ahí buscando un poco encontré por casualidad un jardincito pequeño pero que estaba bien en la Plaza del Escultor Víctor Hino.









Bueno, tuve que ir caminando hasta encontrar el Parque de Malilla … y constatar que tampoco era tan gran cosa, si bien si el Parque de Mortadelo me había parecido el paraíso de los bancos, éste no se quedaba atrás. Cuando logré al fin sentar mi cansado pompis en uno de esos bancos, pude ver al otro lado de un trampolín de esos de plástico de color morado dos filas de bancos todas ordenaditas como si fuese el trazado de una ciudad griega. Si giraba la cabeza continuaba el extraño caminito, y al fondo había más. Más adelante, me encontré con una especie de semicírculo con columpios y más tobobanes, con una fuente y desde luego con los correspondientes bancos. Ya al final, pude ver unas instalaciones deportivas con pistas y demás, a las que no me acerqué, es que … me da alergia el deporte.




    
 
 
   









    Y no podía faltar, este jardín no se libra de que el artista del barrio lo beneficiara con su arte.








viernes, marzo 08, 2024

El mercader de libros de Luis Zueco

 El mercader de libros de Luis Zueco

El libro narra las peripecias de un muchacho llamado Thomas Babel desde su Augsburgo natal hasta el puerto de Sevilla desde donde parten los únicos barcos hacia las Indias Occidentales. Estamos a comienzos del Siglo XVI, y Thomas tiene que escapar de Alemania hacia el sur debido a un malentendido. El libro entrecruza de forma genial multitud de historias y las condensa en tan sólo 600 páginas. Está bastante claro que el protagonista de esta historia se guía por dos libros en concreto: la Iliada y la Odisea. La idea se la da un vividor Napolitano con quien se cruza y con el que viaja de país en país hablando del Nuevo Mundo en el que el Napolitano ha estado. Eso de la Iliada y la Odisea me recuerda a cuando yo era adolescente y estaba en esa etapa de joder a todo el mundo escuchando canciones de Raimon, Lluis Llach, Al tall, Cadafal, Paco Muñoz … había una canción de Lluis Llach llamada Itaca, a esa canción me recuerdan esas cosas.

martes, marzo 05, 2024

La judía de Toledo de Lion Feuchtwanger

 

La judía de Toledo de Lion Feuchtwanger



El libro te vende que habla del amor entre el rey de Castilla Alfonso VIII y la Judía Raquel que el pueblo llamó "la Fermosa" (todo empieza porque la Fermosa se "burla", o eso le parece a Alfonso, del muy sencillo y algo burdo castillo del rey en Burgos. Por ello Alfonso reconstruye un palacete árabe olvidado y lleno de brozas llamado La Galiana), pero el libro en su mayor parte trata de cómo se desenvuelve el padre de la Fermosa, Don Jehuda Ibn Esra como nuevo escribano y alfaquí del rey intentando refrenar los impulsos caballerescos de Don Alfonso y al mismo tiempo tratando de sacar el mayor provecho posible de los recursos económicos inexplorados de Castilla.

Debe ser bonito contemplar la ilustración original de la portada del volumen que tengo. Lo he agrandado con la lupa que tenía mi padre (sí, mi papi tenía una lupa y el vuestro no, cómo jode eh?) bueno, y después de la tontería de turno (pido perdón, pero no se me ha ocurrido otra cosa) diré que la ilustración es Carlomagno con su ejército bajo los muros de Pamplona del Siglo XIV.

miércoles, febrero 28, 2024

Corto paseo por el Jardín del Turia

 El otro día fui a comprar mi alimento espiritual al centro de Valencia. A la vuelta, decidí ir un tramo paseando a través del jardín del Turia y me bajé al cauce viejo donde comienza la Avenida del Puerto desde donde hay una efigie de hierro que en mi imaginación es un rostro quizá de un fenicio o de un antiguo habitante de Tartessos, ¿quien sabe? mirando hacia arriba y con el cuello estirado y una barba en punta hacia sí mismo. Bueno, me bajé justo por allí. En la rampa de bajada vi un boquete que me pareció en su momento la apertura de la boca de la verdad delante de la iglesia de Santa María en Cosmedin de Roma donde Gregorio el Pecas hace la pantomima esa de que la boca le come la mano en la película Vacaciones en Roma. Pero como yo no soy Gregory Peck ni las mujeres actuales son tan impresionables como Audry Hepburn no coló. Caminé unos metros y me encontré con una laguna alargada la cual yo creo que era sin lugar a dudas nada más y nada menos que la Laguna Estigia. Esta creencia se vio reforzada por el hecho irrefutable de que al comienzo y al final de esta laguna hay dos templetes de columnas evidentemente dóricas y muy similares en apariencia al templo de Segesta en Sicilia. No sé qué abracadabra se utilizó para que una laguna del inframundo griego apareciera en pleno centro de Valencia, pero es Guay del Paraguay.

Cabeza estirada del fenicio o tartesio


 

 


 


 


Ya más adelante me encontré con la nave estilo invernadero que es el Palau de la Música. No me verás allí. A mi la música de todo tipo me produce alergias. Luego está el Parque Gulliver, pero yo con mis 56 años prefiero no acercarme demasiado a esos lugares infantiles o ya veo a un grupo de mamás persiguiéndome escoba en mano. Así que salí por una rampa donde había una entrada a un restaurante de aspecto asaz pijo y de rascarse bastante el bolsillo llamado el Llit del Turia.

Wikipedia

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