La hormiga que quiso ser astronauta de Félix J. Palma

 

Cuando vi el título de este libro, La hormiga que quiso ser astronauta de Félix J. Palma, me dije que sería una buena idea leerlo. Voy a mi casa, abro el libro de unas 250 pag. y me encuentro con una Nota del Autor que en esencia dice en 1998 Pedro Duque despegó con el Discobery (no chanel) para un viaje de 8 días. Le permitieron llevarse una hormiga conservada en ámbar de 35 millones de años del Museo de la Ciencia de Barcelona. Luego el muy cabrito indica claramente que este libro no es la historia de esa hormiga, y se queda tan satisfecho el chico.

El libro está escribido haciendo múltiples referencias a películas y series de los años 70 y 80 y sobre todo a Star Wars. También aparecen sirenas en amores platónicos asexuados, una especie de anguilas que él llama “comemierdas”, ángeles con líneas de teléfono y desde luego la Muerte recorriéndose la ciudad llevando una lista de nombres y direcciones como un repartidor a domicilio. Hay una anécdota en la que Alejandro, que es como se llama el protagonista, está amancebado con una pintora que supuestamente es su Alma Gemela, y él como buen macho españolis huye de la situación. Ante esto, la pintora decide suicidarse, llamando antes a Alejandro. Este sale cagando leches de su piso, y de camino se cruza con la Muerte que va al estudio de la pintora a hacer su trabajo. Solo que la Muerte coge el autobús para hacer el trayecto, y para adelantarse Alejandro lo que hace es coger un taxi. Ya en el estudio, Alejandro hace vomitar a la pintora salvándole la vida. En eso llega la Muerte, toc toc, y como es la Muerte hace lo que quiere y va donde quiere y ha llegado tarde por culpa de … ese, hace la pantomima de que se ha equivocado de piso.