Vídeos (04/09/24)

jueves, febrero 01, 2024

Yapigios 7 - Parte 1

 Torcimos hacia la izquierda hacia zonas más montañosas. Y tras una larga caminata llegamos a las orillas de un lago salado donde pudimos descansar. Debo decir que el lago es salado, pero desaguan tres ríos en él de forma que pudimos reponer nuestra provisión de agua potable sin problema. Finalmente nos echamos todo lo largo que éramos a roncar un rato en la orilla. De repente noto una humedad insólita en mis mejillas, lo que me recuerda que es el día internacional del beso, y cuando abro los ojos me encuentro con unos ojos equinos al otro lado. Un caballo inclina su cabeza sobre mi y me despierta a lametones. Como me levanto de golpe un poco más y me pego un coscorrón con el caballito de marras. Termino de ponerme de pie a trompicones y echo un buen vistazo al animalejo. Juro por Isis y Neftis que era el caballo dorado de Gian. Entonces Jmag y yo tuvimos un "debate filosófico" sobre qué hacer con el ejemplar. Jmag quería llevárselo a Yapigia para ofrecerlo a nuestro Señor de los Caballos, el dios Nenaza, digo Menzanas, ya que sería el único digno de ser montado por él. Yo argüía que debía quedarse allí con los suyos puesto que era donde había nacido. Pero finalmente cedí. Ya que estábamos en la zona de influencia del Zoroastrismo - dije - había que hacer buenas obras y ceder en nuestras pretensiones. Decidimos volver por un camino más directo a Arshi, y una vez llegamos le comunicamos a Gian todo lo referente al descubrimiento del caballo dorado y a lo que habíamos decidido hacer con él.

Desde luego, nosotros ya habíamos cumplido nuestra misión,le comunicamos a Gian todo lo referente al descubrimiento del caballo dorado, y ahora tocaba coger las de Villadiego


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Yapigios 6 - Parte 1

 

Gian fue directamente hacia un montoncito de tablillas apiladas en un rincón del depósito y, tras rebuscar y palpándolo un poco nos tendió una de las de la parte de arriba como mi abuelo cuando escoge una sandía más madura y mejor que las demás. En la tablilla, que era pequeña aparecía un caballo alado con las patas extendidas y como volando hacia abajo. Su piel llameaba y su sola presencia imponía. Era un ejemplar magnífico. Gian nos dijo que ahora ya no se veía ningún caballo dorado de esos, pero según los textos antiguamente en el norte (donde vive el pueblo Saka) existían algunas manadas de ellos. Bueno - nos dijo Jmag echándonos a la cara su erudición griega - El inmortal Xanthus, que significa ‘dorado’, tiraba del carro de guerra de Aquiles en la Ilíada de Homero. Y ale, hacia el norte, por si acaso quedaba algún caballo dorado de esas manadas y podíamos ofrecérselo a nuestro Señor de los Caballos.



Nota: Los caballos de pelaje dorado y crines y cola de color blanco plateado son conocidos como caballos palominos. No se sabe con certeza de dónde proceden, aunque se cree que su coloración podría haber surgido por primera vez en Oriente Medio hace miles de años, desde donde se extendería posteriormente a China y Europa gracias al comercio y a la conquista. Popularmente se cree que el palomino podría haber sido el resultado de una adaptación de los caballos salvajes del desierto para camuflarse con un color similar al de la arena,” Arqueólogos chinos han llevado a cabo análisis de ADN en los restos de cinco caballos encontrados en un complejo de tumbas de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, descubriendo que uno de ellos era de un singular color dorado con las crines y la cola blanca. En algunos antiguos tapices hallados en Asia se puede ver este casi mítico caballo dorado, aunque se desconoce realmente el lugar de origen de esta raza singular. Los restos de este caballo fueron desenterrados por primera vez en el año 2006 en un complejo de tumbas datado entre el 400 a. C. y el 120 a. C. Los caballos, junto con otros restos de animales, habían sido enterrados como sacrificio para tres personas diferentes, que se cree que pertenecían a una comunidad nómada. Los enterramientos de caballos eran comunes en la antigua China, y a menudo reflejaban la posición social del propietario de la tumba. En ese sentido, los arqueólogos descubrieron una elaborada tumba de hace 2.500 años en la provincia de Henan, posiblemente de la realeza, junto con una fosa funeraria en la que había seis carros de guerra y 13 esqueletos de caballos completos.



Pues nada, nos dijo que fuéramos a un lago llamado Lago Ebinur que se encontraba a unas 18 jornadas al Noroeste, pero que ya que íbamos a esa zona que nos desviásemos algo al Este puesto que había unos paisajes en un cañón muy bonitos y sería una lástima no verlos.

Bueno, a la mañana siguiente salimos de Arshi con un guía de la aldea que nos recomendó Gian con rumbo Norte y luego ya enfilaríamos hacia el Oeste. Por la mañana, no había quien despertara a Jmag, un poquito maaas mami … estaba ahí todo espatarrao como una Aproditia en versión cutre y calzones. No tuvimos piedad con él y le endiñamos un cubo de agua fresquita del río y pegó un salto como un conejo que sale a toda pastilla de su madriguera si encuentra una serpiente dentro. Cuando Jmag ya estuvo en pie … y "lavado" … nos pusimos en marcha. Joder, el caminito no era nada  agradable. Era como un páramo todo pelado y nada a la vista. Todo era andar y andar y no aparecía nada, así que preguntamos al guía de nombre impronunciable si llegaríamos a un sitio donde cambiaría el paisaje y nos dio la misma respuesta que le da el cerrajero a Penny en Big Bang Theory y Sheldon le pregunta si está frustrada porque le ha dado una respuesta en forma de taulología, "se llegará cuando se llegue". Cuando al fin "se llegó", y tardó bastante en llegar, vimos que el paisaje había cambiado bastante. Solo que el tiempo no acompañaba, ya se sabe "los pajaritos cantan, las nubes se levantan. Que sí, que no, que caiga un chaparrón …" Afortunadamente vimos una cueva parecida a la cueva de Posia y pudimos resguardarnos o quedaríamos más remojados que el gaznate de Dionisio. Y entre la lluvia vimos esto:





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Yapigios 5 - Parte 1

 

Según mis cálculos llegamos cuando se celebró la Olimpiada 129, aunque eso no lo tengo claro. Arshi era una población pequeña y no tenía un templo adecuado. Solo había un sacerdote budista, que guardaba conocimientos ancestrales de la zona y que dijo que era un Bonzo budista que no era del Tamir ni de las ciudades del desierto de Taklamakan o circundates, pero que hacía mucho que había venido a Arshi. Se llamaba Gian o "Maestro del conocimiento" (conocimiento con "n" no con "ñ") y estuvo encantado de mostrar lo que sabía a viajantes que venían de tan lejos y que se habían mojado las posaderas en los lagos camino a Yarkand. Vestía con una amplia túnica plegada hábilmente a su cuerpo y un tocado que otrora había sido suntuoso y ahora se quedaba en tiñoso adornaba su primorosa cocorota. Le recordé que precisamente cuando aconteció lo de remojar nuestras nalgas en los lagos se me metieron piedrecitas en el calzado, y se mostró realmente compungido por tan siniestra circunstancia. Nos dijo que desde que llegó hacía ahora siete estaciones a la población, había guardado y catalogado todo lo que pudo encontrar y escuchar para luego copiarlo en papiro y lo demás lo tenía convenientemente conservado. El papiro era caro pero afortunadamente cada dos inviernos venía una caravana desde Bagdad y en ella viajaban mercaderes a quienes podía solicitarles alguna remesa. Cuando nos asentamos en Arshi, di un cambio que te cagas, vamos que no me reconocería ni la madre que me parió. Parecí adaptarme al entorno, a las nuevas circunstancias y a la cultura uigur. Solía decir que lo que me gustaría sería quedarme aquí para siempre y aunque nadie me hacía demasiado caso, no sé, es que parecía que lo decía en serio y todo, con esa forma de decirlo como quien no quiere la cosa pero a la vez, no trasladando una preferencia ni un gusto, sino algo que ocurriría de todos modos. Pero bueno, lo dicho, nadie me hacía demasiado caso.

Un día Gian entró en la vivienda en la que nos encontrábamos y nos comunicó que había descubierto unas pinturas en tablillas. La vivienda uigur en la que estábamos establecidos no era muy grande, pero era bastante funcional, así que pudimos atender correctamente a nuestro invitado, ofrecerle asiento en una estera que poseíamos y algo de Kumis que nos habíamos agenciado. No hacía ya mucho calor, pero como Gian ya tenía una cierta edad y la casa en la que vivíamos estaba excavada directamente en la tierra y mantenía la temperatura ya hiciera frío o calor, supongo que su ya avejentado cuerpo lo agradecía.




Casa de la zona




De esa manera Gian pudo contarnos tranquilamente todo lo relativo a su descubrimiento. Comenzó el relato diciendo que al llegar a Arshi, se encontró con que las antiguas religiones de la zona tenían su centro en la ciudad, pero un pequeño depósito en el área del Lop Nur, que son unos lagos salados cuyas zonas exteriores se resecan y resultan ideales para conservar cualquier cosa. Finalmente le comunicaron la ubicación exacta de ese depósito y pudo hacerse con su control. Primero había que hacer un muy corto recorrido paralelo al río Liusha hacia el sur hasta el lago Bosten, y luego un viaje por el desierto hasta el Lop Nur y la cueva donde estaba el depósito. Así que lo dicho, primero lo más sencillo, que era bajar un corto trecho hasta el lago bordeando el río, pero luego ya había que confiar en que la memoria de Gian no fallara y recordase la ruta que había que tomar desde allí a través del desierto para llegar al Lop Nur. Solo recuerdo que cuando nos adentramos en el desierto me encomendé al dios por quien estábamos bendecidos según el capitán persa de Jerusalén, el dios persa del tiempo y el destino Zurván. Pero finalmente llegamos a una especie de montañas arenosas endurecidas que había horadado las aguas saladas del Lop Nur, y una de esas oquedades, algo más grande, nos invitaba a entrar. O sea que la memoria de Gian seguía intacta y nos guió al interior del depósito. Después de apartar unos arbustos, Gian descubrió la abertura nos tuvimos que agachar para entrar en una cueva que no era excesivamente grande. Jmag llevaba una antorcha y su llama iluminó Cosas Maravillosas, clarifico había un montón de pliegos, tablillas y cerámicas y tal y como se nos dijo ordenadas.

 

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Yapigios 4 - Parte 1

 

Desde Harappa y en 7 días llegamos a Kophes. Sí ya todos sabemos que una baraja española tiene Oros, Bastos, Espadas y Kophes. Nuestros compañeros nos recomendaron una casa de huéspedes. La dueña de la casa de huéspedes ofrecía a los clientes descansar del viaje que generalmente ellos hacían frente a unos vasos del famoso Vino de Shiraz en la planta baja de su negocio. No sé cómo la dueña se enteró de que viajábamos a la zona de Gumo en busca del caballo Chollima y un día se acercó a hablar con nosotros. Sería un cazurro impresentable pero en eso la educación esmerada de Jmag y su saber griego ayudó, y entre gestos, palabras sueltas y entrecortadas y muchos aspavientos nos enteramos que en el piso de arriba de la casa había un guía que se dirigía al Norte esa misma noche y pasaba por donde queríamos ir. No había mucho tiempo pero la ocasión no iba a repetirse, así que fuimos a ver al guía. Nos presentamos y su nombre era 強的天使 Qiang de Tian Shi y nos comunicó que su destino era la ciudad de Gumo a orillas de un río famoso por sus aguas blancas; que hablaba chino, persa y uigur, ui- qué? - pregunté - bueno Gjoan que tienes un nombre que se te sale por la boca, los ancianos creen que el U I G U R es un alfabeto basado en el antiguo alfabeto Sogdiano. Nos recomendó una cercana ciudad llamada Arshi en el cauce del río Liusha y que se estaba engrandeciendo últimamente. Él creía que la distancia entre Gumo y Arshi sería aproximadamente de unas 10 Parasangas , solo que andando en pleno Desierto de Taklamakan que cruzaba casi milagrosamente el orgulloso Río Tarim. Claro que también nos dijo que antes de llegar a la ciudad de Gumo habría que hacer un pequeño alto en Yarkand, ya que tenía familia en esa ciudad que quería saludar porque hacía mucho que no se veían y por sus buenos pozos de agua.




Cuenca del Tarim



    Cuando quedó todo hablado, nos fuimos a prepararnos ya que teníamos poco tiempo. Y al llegar la noche, partimos un pequeño grupo rumbo norte a pie con un mulo para portar nuestros trastos desde la localidad de Kophes.

    Caminamos sin escalas durante unas 150 parasangas hasta la ciudad de Shache. Primero la zona es algo agreste, todo son montañas a lo Heidi, me parecía estar de vuelta a mi infancia cuando veía la Tele en casa de mi abuelito de alba y luenga barba. Se me metieron, no puedo ni decirlo … es que apenas me salen las palabras … unas piedrecitas en los zapatos. Luego ya fue distinto, la zona fue más lacustre. Todo lo que ocurrió es que Jmag se calló de culo en uno de esos lagos, lo que nos soltó la risa evidentemente ya que todos estábamos un poquitín hartos de él. Finalmente ya llegó el desierto, pero casi al acabar, o sea que no pudimos comprobar ese rumor que hay suelto por aquí, que si entras en él ya no sales porque apenas entramos, ya que simplemente fuimos contorneando algo de la cordillera del Pamir. En Yarkand lo dicho, no estuvimos mucho tiempo. De ahí teníamos que caminar hasta Gumo donde descansaríamos en la casa del angelito poderoso, que me había enterado que esa era la traducción de su nombre. Estábamos ya en el desierto de Taklamakan, pero bordeando primero el río Tarim que en la lengua uigur se traduce como caballo sin rienda. Encontramos algunos álamos en nuestro camino y nos ofrecieron sombra para ir descansando. Una vez en casa de nuestro amigo, Jmag pudo meter su culo en una jofaina de agua caliente, y a los demás nos lavaron los pies unas chicas uigures muy guapas, mientras nos ofrecían un buen vaso de kumis, que no es lo que creéis, que es con "m", siempre pensando en lo mismo. Ah! Y fui mordisqueando unas tortas circulares de pan con nueces y mantequilla que llaman Naan, me dijeron que tenía algo de yogur pero lo cierto es que yo no lo noté, la verdad es que mucho paladar no tengo.







Tras descansar unos días y remolonear un poco de esta guisa, un día Qiang nos dijo que nos llevaría a nuestro destino final en Arshi. Salimos no muy de mañana, Qiang solo tuvo que zarandearnos un poco en nuestros camastros y enseguida estuvimos en pie. Nos despedimos de la familia de nuestro amigo y nos dieron unas bolsas con frutos secos para el camino. Qiang llevaba un frasco para agua, y como íbamos a seguir otra vez una ruta para-lelos al río Tarim ese problema estaba resuelto. Lo cierto es que cuando comenzamos a caminar nos dimos cuenta de la soledad en la que nos encontrábamos. No se veía ni un alma, ni siquiera un caballo de esos con dolor de espalda. El único accidente geográfico que recuerdo es que en un momento dado nos topamos con un río más pequeño que descargaba sus aguas en el Tarim. Qiang nos dijo que se llamaba Río Muzet. Algo más adelante, torcimos a la izquierda hacia el río Liusha y un poco más allá vimos la ciudad de Arshi.

 

 

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lunes, enero 29, 2024

Edifici Veles e Vents - Edificio Foredeck

 Como en su día se dijo en The Guardian "Estar aquí es como estar en la cubierta de un transatlántico". A 10 minutos del centro de la ciudad, Veles e Vents (Edificio Velas y Vientos en idioma español), también conocido como Edificio Foredeck fue proyectado por David Chipperfield con la colaboración de Fermín Vázquez en 2005, es un claro ejemplo de arquitectura contemporánea construida en Valencia. En principio fue inaugurado en 2006 para albergar invitados, patrocinadores y espectadores de la Copa América de 2007. El diseño ha ganado numerosos premios de arquitectura, incluido el premio Emirates Glass LEAF de 2006.  y los premios europeos del Royal Institute of British Architects en 2007. También fue nominado para el Premio Stirling en 2007. Tiene una superficie total de 124.635 m2, de los cuales 10.000 m2 lo conforma el edificio. El edificio dispone de un parking subterráneo y amplios jardines. La planta baja y el primer piso han sido creados como espacios públicos y de esparcimiento mientras que la segunda y tercera planta se han reservado para la empresa organizadora y salas VIPs. Está construido en acero pintado de blanco, maderas nobles de Brasil para los suelos y recubrimientos de vidrio climalit. Además tiene una protección especial para protegerse del salitre del mar.





El edificio entero se convierte en un mirador privilegiado de la ciudad y la dársena. Los visitantes actualmente pueden encontrar tres restaurantes con diferentes propuestas gastronómicas, La Marítima, Hoja Malabar y La Sucursal  Una sala de conciertos, salas de reuniones y terrazas cubiertas y semicubiertas para la celebración de cualquier evento de empresa o privado que se desee realizar. Todas las escaleras, tanto las de comunicación exterior como las dispuestas en el interior de los núcleos son piezas estructurales metálicas y llegaron a obra completamente terminada. 






 

Claro que todos estos premios que he mencionado son de hace algunos años. Ahora está algo abandonado, con algunas humedades y grietas. Hay verjas donde parecen haber obras en marcha, así que espero que el edificio se rehabilite.

martes, enero 23, 2024

Yapigios 3 - Parte 1

 

Famosa por su comercio de exportación de papiros y la pesca de perlas, estuvimos poco tiempo en Jubail. Pronto encontramos un Sanbuq y nos embarcamos al otro lado del Limen Persikos.

Antes de cruzar, el patrón del Sanbuq nos propuso que costeásemos el mismo litoral en el que estábamos ya que cerca de Jubail se encontraba el puerto comercial de Dilmun (hoy desaparecido) que conectaba con Meluhha. Solo que Dilmun también tiene su mitología. Parece ser que fue el lugar de la Creación para el Pueblo Sumerio. Es una tierra donde los leones no matan, los lobos no se llevan corderos, los cerdos no saben que los granos son para comer. La Patrona de Dilmun es la diosa Ninsikil, hija de Enki y probablemente de Ninhusarg cosa que no puedo asegurar. A Ismail le pareció demasiado idílico y que nos retrasaría y Jmag simplemente se rió en la cara del capitán, que era Capitán solo de nombre porque el barquichuelo ese aguantaba menos que un barquito de cañas que hacía su sobrino para jugar en el río de nuestra aldea, y ahí se pasó tres pueblos que menos mal que el patrón no lo entendió porque sino ya nos veo en el fondo del mar matarilerilerile, en el fondo del marmatarilerilerón, chimpón. Lo cierto es que no se sabe por qué motivo un enclave comercial fue asimilado como el paraíso para los sumerios. Quizás fuese su verdadero lugar de procedencia idealizado o los comerciantes contaban historias maravillosas para mantener el negocio activo que con el paso del tiempo perdieron dicha función y se entreveraron con el resto de su corpus mitológico. Sin embargo, los textos sumerios de naturaleza económica nos ofrecen una visión mucho más sobria, seria y comercial, con un tono muy alejado de lo literario. Dilmun es mencionado como el lugar de origen de las piedras preciosas, del cobre, de plantas y animales exóticos, de la madera y de canteras de piedras, así como de la mirra y el incienso, productos muy ligados al culto y la religión. Como hubo opiniones no muy favorables al viaje a Dilmun, seguimos el guión que ya planeamos en el templo de Metapontion y simplemente cruzamos para ir costeando. La única población en la que nos íbamos a detener (y no demasiado tiempo) se llamaba Hormirzad y era relativamente joven. Helios pasó por encima de nuestra cabeza varias veces hasta llegar a nuestro destino donde Ismail Ben Symon nos presentó a unos amigos suyos y nos alojamos con ellos.





Dilmun




Tras esa presentación, Ismail salió a hacer sus negocios y de paso a tratar de establecer contactos para que pudiésemos ir hacia el Norte en compañía. Al quinto día nuestro anfitrión se enteró de que salía una pequeña caravana comercial hacia Kophes, de forma que nos tocaba montarnos de nuevo en esos caballos con la espalda mal hecha. Bueno, nuestro anfitrión nos comunicó la noticia, le dijimos a Ismail que podía dejar de buscar, y marchamos a la Plaza del Mercado de Kolachi de donde en seis jornadas salía la caravana hacia el norte. Cuando llegó el día, por segunda vez nos unimos a una caravana, si bien no tan grande como la de Jerusalen, y esta vez tampoco nos dio la sensación de estar abandonando lentamente Egipto. Bueno tuve una sorpresita, esta vez mi "caballo" no tenía un grano en la espalda sino dos, no quieres caldo toma dos tazas.




Camello



Nuestra primera breve parada para comprar un burrito y cosas de esas fue en la ciudad de Larkana. En unos cinco días llegamos a la ciudad de Derawar con su pozo de agua dulce permanente muy próximo a un lugar bastante árido. Allí estuvimos algo más y descansamos con nuestras monturas. Tras una jornada de descanso, nos pusimos en camino hacia una amurallada ciudad con el harapiento nombre de Harappa junto a un cauce del Río Iravati (Ravi), cuyas aguas descienden a través de otro río, el Río Ashkini o de la luna (Chenab) y engrandecen el gran Río Indo.

 

 

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Yapigios 2 - Parte 1

 

Creo que los sacerdotes del templo ya conocían a Jmag de encuentros anteriores y pretendían congraciarse con él. Se movían a su alrededor de forma obsequiosa y se deshicieron de los peticionarios que había antes que nosotros de una manera expeditiva. Sin haberlo solicitado nos leyeron de unos coloridos y ajados pliegos la leyenda de un caballo alado llamado Chollima, el cual era tan veloz y tenía un porte tan elegante que no debía ser montado por ningún mortal. Los sacerdotes nos dijeron que teníamos que marchar al Este donde nadie había ido nunca en busca de los pastos de ese semental. El templo se ocuparía de contratar un barco hasta Atenas, y después de recalar en el Pireo y pasar unos días en tierra, luego continuar hasta Jerusalén donde terminaba nuestra travesía marítima. Una vez en zona de dominación Aqueménida, habíamos de buscar un modo para atravesar el norte del desierto de Arabia desde Jerusalén por la parte de Petra hasta un puerto llamado Jubail, cruzar y costear hasta llegar a Kolachi (Karachi), luego ya se marchaba al norte hasta Kophes (Kabul) y algo más allá.

 

El viaje hasta Atenas en barco no tuvo ningún misterio. El capitán era un persa que vivía en Jerusalén y que tenía unos negocios que hacer en el puerto de Atenas. Se llamaba Mahdi Khadim y mientras estábamos en Atenas pudimos contemplar los famosos muros largos que unían el puerto de El Pireo a la ciudad, que los atenienses habían construido hacía nada y que hacían de conexión segura a través de un largo camino protegido. Tras esa corta estancia, zarpamos rumbo a Jerusalén. Los viajes en barco no sentaron nada bien a gente acostumbrada a trabajar los olivos o las vides. Hermanos míos, en verdad en verdad os digo que estaba de color verde y no precisamente como Hulk. Se pintaba una sonrisa en la cara de los marinos cada vez que nos veían con los dedos engarfiados en nuestras tripas, andando por el barco haciendo eses con pinta de beodos o directamente vomitando en el mar. Cuando oímos el grito de Yerushalayim fue un alivio para nuestros estómagos. Lamentablemente el templo de Jerusalén que erigió el rey Salomón ya estaba derruido. Quienes regresaban de estar exiliados en Babilonia gracias a un Edicto del rey persa Ciro II estaban construyendo en el lugar que ocupó el templo del rey Salomón un segundo templo de apariencia mucho más modesta. Aparte de eso el Rey Ciro daba permiso para reconstruir la ciudad, entregando una considerable cantidad de pasta para materiales, algún que otro cigarro habano y quizá el último juego de Call of Duty para el hijo del proveedor de pescado del Sumo Sacerdote. Ya al despedirnos, el capitán persa de Jerusalén nos dijo que iba a hacernos un regalo. Dijo que teníamos suerte - parece que estáis bendecidos por el dios Zurvan - un amigo suyo de nombre Ismail Ben Symon tenía negocios en Kolachi y sabía griego y persa por lo que le venía muy bien nuestra ruta.




Dios Zurvan



En Shalem tuvimos que esperar a que se reunieran un grupo bastante grande de mercaderes que viajaban juntos pero no revueltos a través del norte de áreas desérticas de los pueblos Nabateos y los Banu Kalb desde Jerusalén al puerto de Jubail. Allí por primera vez vimos caballos a los que les había salido un grano en la espalda. Pronto añoré el viaje en barco desde Atenas, porque cuando montabas en esos bichos ibas hacia todas partes en círculos hasta adelantar un moco (perdón, un poco). Y tampoco ibas tan rápido, yo creo que andando les adelantabas. Bueno, nos unimos a un heterogéneo grupo, donde había gente de todas partes de la Ecumene griega. Habíamos comido en casa algo de ful medames, y cuando al fin se dio la salida para todo el grupo, yo ya tenía hambre. Es que no soy nadie sin mi sopa de verduras. Menos mal que una familia griega de Megara compartió conmigo su manduca. No se hicieron paradas, solo para recargar el móvil en alguna gasolinera y comprar algo de comer en una máquina de pica&pica 24 horas. Y poco a poco, demasiado poco a poco para mi gusto, y con ese andar circular que me dejó mareado perdido, finalmente llegamos a Jubail, donde había que buscar otro barco en el que cruzar el brazo de mar que nos separaba de la costa de enfrente y una vez en ella, costearla hasta llegar a Kolachi. Una anécdota, alguien me contó que se hacen carreras con esa especie de caballos con dolor de espalda y no hubo forma de que nadie me lo metiese en el coco.




Dromedario



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