Hoy iba a ir al Jardín de la Avenida de Baleares, pero algo antes me topé con un parque pequeñito, como los peces pezqueñitos que hay que dejar crecer, pero apañado. El Jardín de la Calle Carolina Álvarez. Es algo parecido a lo que me ocurrió en el Jardín de la Calle Serrería con la Calle Manuela Estellés. Fui bastante temprano a ese jardín algunos perros paseando a sus dueños, nada del otro mundo. Donde no pueden entrar esos perros es en una pequeña zona infantil que hay casi a la entrada del parque. Al lado hay unos bancos y unas escaleras. Pero que no os engañe lo de las escaleras porque el jardín está bastante bien surtido de rampas por todas partes. Al otro lado de la zona infantil, hay unas mesitas con sus respectivos asientos tipo merienda.
Más adelante y después de una serie de bancos que tienen su respaldo pegado a un seto muy cuco, me encontré un cenador, pérgola, o como queráis llamarlo.
Finalmente encontré algo insólito. Anonadado me hallé. Y os pido disculpas por la baja definición de la foto y su escasa nitidez, pero cuando la encontré me resultaba bastante difícil calmar mi nerviosismo, dado el descubrimiento que llevé a cabo. La historia es la siguiente. Estaba yo tranquilamente paseando por aquel jardín y escuché un ruido sospechoso tras unos senos, digo setos, en qué estaría pensando? Me acerqué furtivamente y entre la espesura vi … no lo puedo ni decir. Vi … esto.
No sé vosotros, pero yo creo firmemente que es un OVNI. Curiosamente, parece que tenga inscripciones con caracteres cuneiformes a su alrededor. Soy un gran experto en esa escritura y a menudo me ha consultado la Universidat de la Serratella, pero he sido incapaz de descifrar las palabras de la aeronave.
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