Pues lo
que es seguro es que no es una de vaqueros. Para mi el protagonista
es un ojo que todo lo ve. Se trata de un agujero negro enorme,
inmenso, más grande que la Cruz del Valle de los Caídos, que tiene esa
apariencia y que por ello se le bautiza con el pretencioso nombre de
Ojo de Dios. El nombre se lo pone la la capitana Florence
Schiaparelli de la nave espacial Banshee en misión cartográfica.
Estamos en el año 2560 y la Banshee que tiene una tripulación
bastante profesionalizada se encuentra con otra nave varada junto al
agujero negro que presumiblemente no puede salir de allí por ella
misma. Contactan con la nave y sus tripulantes les aconsejan no
acercarse porque podrían quedarse atrapados también.
Bueno,
en mi opinión el libro es bastante entretenido y te llegas a
introducir en la historia. Lo que ocurre es que el autor en ocasiones
es algo repetitivo por decirlo suavemente con algunos términos o
conceptos. Incluso no es necesario que sean conceptos técnicos en
absoluto, pero repetirse algo hay que decir que sí lo hace. Ahora
bien, la historia es bastante buena y está estructurada bastante bien también, no se puede decir lo contrario.