Vídeos (04/09/24)

sábado, enero 15, 2022

Prácticamente morí 2

 

Pensé en huir. Pero adonde iba a ir. Así que me dije “bueno, solo se vive una vez” y me metí en el burdel, “así por lo menos estoy contento cuando llegue … lo que tenga que llegar”. Lo juro por Isis y Neftis, en el Burdel vi más tatuajes de señoritas en paños menores que señoritas en paños menores. Lo que pasó allí dentro es personal, pero quizá pasó con una cabra porque estaba oscuro como el agua de mi tina después del baño anual, y no eran formas muy turgentes las que yo palpaba. Claro que tanto la Dulce Penny como su corte de beldades son todas mayorcitas, vamos que a los años de las prostitutas locales se les podría calificar fácilmente de maduros. Tras “gratificarme”, me hidraté y bajé a comer algo. Entonces llegó Pel.

Llamó con su vozarrón de camionero en varias ocasiones a Luckie Joe. Hube de salir y explicarle que Joe había tomado las de Villadiego y que se había decidido (por unanimidad recalqué, que uno tiene su orgullo) que fuera yo su contrincante. No es por echarme flores, pero a pesar de que la camisa no me llegaba al cuerpo y que sudaba por todos y cada uno de mis poros, dije lo de que yo era su contrincante, hinchando el pecho, irguiéndome más, y subiendo unas pulgadas el cinturón de mi pantalón. Me miró de arriba abajo, repasando lo poco que encontró y no pareció ver gran cosa en mi humilde persona, porque soltó: ya sabía que el nivel masculino no era muy alto en este pueblo pero, no han podido elegir nada mejor? en fin, si no hay más remedio. Con lo que me dejó chafado e hizo que no sirviera de nada el tiempo pasado en el burdel. Luego se alejó hasta ponerse a la altura de la puerta de la iglesia, lo que me dejó la única opción de ir enfrente de la entrada del bar. Entre nosotros había unos 50 pasos de calle terrosa de un color amarillo claro en la que se notaban las rodadas de los carros y los cascos de los caballos. Pasaba el tiempo despacio, tic, tac, tic, tac, como cuando Sharon Stone mira el reloj en Rápida y Mortal, esperando que de las horas y suene un TAC algo más fuerte que los otros. Entonces … bueno, ya he dicho que sudaba por todos mis poros, no? pues comenzó a picarme allá donde la espalda pierde su muy casto nombre. Evidentemente, a Pel le intrigó que me rascase frecuentemente justo ahí, y como muy delicada no es que sea, dijo de sopetón: “quieres dejar de rascarte el culo majadero que así no hay quien apunte?, a ver si te crees que matar es fácil? seguro que eres como todos los demás que piensan que solo hace falta disparar rápido. Pues no, capullo. Hasta matar a un descerebrado como tú es la leche de complicado. Hace falta una calma que te cagas, y si encima el gilipollas de turno empieza a rascarse el culo …” “Es que tengo almorranas, y con el sudor pica y escuece que no veas”. Se quedó mirándome de una forma tan rara que me dio más miedo que en todo el rato que había estado frente a mí. Finalmente, después de un tiempo tan largo, que creí que se había muerto de golpe y la brisa del desierto la había embalsamado, dijo: “cuando yo era niña, mis padres me compraron un cachorrillo. Era muy pequeño, todo blanco menos una mota negra en la cola que la tenía ridículamente corta. Por eso le puse Speckle de nombre. A las dos semanas, descubrimos que tenía almorranas. Mi padre se puso como loco, dijo que había pagado sus buenos centavos por el cachorro y el tendero le había vendido uno defectuoso. Me obligó a devolverlo a la tienda. De nada sirvió que llorase hasta rabiar, que patalease, que me agarrase a sus rodillas, el perro acabó el la tienda. Yo adoraba a ese cachorrito”. Qué vueltas da la vida, no? salvar la vida por unas almorranas.

 

<<< Prácticamente morí

 

 


jueves, enero 13, 2022

Prácticamente morí

 

Os voy a contar la vez en que casi muero. La historia es esta:

Johnny LoMake Dox Veces había llegado con la Diligencia que venía del Este y nada más bajar del pescante, pasó por el Saloon de Gladys donde sabía que estábamos todos reunidos bebiendo, charlando, jugando a la brisca y armando una buena para decirnos que de un momento a otro llegaría al pueblo la famosa pistolera llamada Crazy Pelican Whipped Cream o Pel para abreviar. Vale, vale, lo sé de sobra, LoMake Dox Veces es un indio con sífilis, pero no por eso deja de ser creíble, no? que no escucha los rumores con el pito. Bien, tras este pensamiento tan profundo en exceso a mi entender, que casi me estalla el coco cuando lo he discurrido y verbalizado posteriormente, diré que de esa pistolera se susurraba, porque nadie se atrevía a decirlo en voz alta, que era más certera que Bill Hickok y más sanguinaria que Jesse James. Desde luego y nada más saber la noticia, todas las Fuerzas Vivas del pequeño campamento minero en que vivíamos y trabajábamos (solamente de forma ocasional) desaparecieron como por arte de magia, como si uno de esos magos que surgían como setas en la ciudad de Boston y sus alrededores les hubiese echado algún abracadabra. Y en el saloon, que estaba hasta los topes hasta ese momento, nos quedamos 3 amigos y yo con los vasos en la mano algo desconcertados porque en la estampida se había incluido el héroe y pistolero local - Luckie Joe - que todos creíamos que iba a salvar el día. Mis tres “presuntos amigos” se quedaron mirándome e insistieron en que fuese yo el que me enfrentara con Pel ya que era el único que tenía relver. Y eso sin tener en cuenta el hecho, que insistí en dejar claro, de que mi único acierto como tirador era un saco de avena que la vieja Polly guardaba en la parte de atrás de un cobertizo para herramientas de su propiedad. Sobre ese saco, unas tardes atrás había colocado unas cuantas latas y botellas y luego había intentado hacer blanco, pero sea como sea (quizá había bebido de más ese día o hacía un viento desmesurado, que a nadie le gusta admitir que es un auténtico zoquete con la pistola aunque sea para salvar el culo) las balas habían ido a parar al maldito saco de avena. Pero nada, el colega que estaba sentado enfrente de mi, llamado “el espatarrao” porque simplemente no tenía cintura al caminar y parecía una herradura de la buena suerte, porque todos saben desde Arizona hasta donde están los penes que silban que las herraduras se colocan con los cuernos hacia arriba para repeler espíritus. Bueno, el espatarrao simplemente me dijo que procurara apuntar más alto, y que había visto otros tiroteos de Pel y normalmente no se movía del sitio, o sea que yo no tendría problema en cuanto a blancos móviles, porque ya sabíamos todos que yo no era muy rápido de reflejos. Y claro, los otros dos compañeros animando y llenándome el vaso una y otra vez. Esos son mis amigos! Al primer contratiempo con el que se encuentran, se vuelven contra mi y me echan a los leones.

 

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lunes, enero 10, 2022

Abducido?

 

No os asustéis, que sé que sois un rebaño muy empático y os preocupáis mucho por los demás, pero me temo que hoy he podido ser abducido.

Ayer por la mañana me llamaron telefónicamente para una prueba médica de lo más normal. “Es Usted el Señor Piruleto?” (ya estoy acostumbrado a que confundan mi apellido, aunque esta vez solamente me llamaban Piruleto, en lugar de Piruleta, otros me han llamado con epítetos más acordes con mi muy alta alcurnia), “no me compliqué la vida y dije que sí, que era el Señor Piruleto” y me respondieron esto: “mañana a las 8:30 debe presentarse en ayunas en el Hospital para que le hagan  una Tomografía Axial Computerizada.”.

A las 7:50 salí de mi casa cagando leches porque me había dormido, el despertador colorado que tengo ya tiene más años que Matusalén y no había sonado. Decidí coger un taxi porque no creía llegar a tiempo en bus. A las 8:20 el taxi llegaba al Hospital, y yo me presentaba a tiempo en ventanilla aportando la Tarjeta SIP para identificarme, y de esa ventanilla me redirigieron a una Sala de Espera para que me llamasen que estaba prácticamente vacía, pero cuyos asientos se notaba que eran unos “asientos públicos” porque blancos e impolutos NO puede decirse que estuviesen, e insisto ME ENCONTRABA EN UN HOSPITAL. Como no había casi nadie, me llamaron prácticamente enseguida. Eso de “no haber casi nadie” en la Sala de Esperas de un Hospital Público me escamó algo, porque esos sitios suelen estar siempre casi atestados, pero como iba con sueño no estaba para muchas reflexiones, y supongo que los aliens contaban con eso. Cuando me llamó la “enfermera”, entré tras ella en la típica Sala de Resonancias Magnéticas con una camilla metálica y larga y un papel blanco cubriéndola. Desde luego, esa camilla, tiene como cabezal un tubo que se puede desplazar a lo largo de la misma. Me dijeron que me tumbase en la camilla; un poco mas arriba Sr. Piruleto, no ahora más abajo. “Le habían hecho alguna vez una prueba de estas Sr Piruleto?” me preguntó una voz con tintes un tanto robóticos, “bájese los pantalones!” me ordenó otra voz, “arremánguese el brazo izquierdo, y cierre la mano en un puño”, acto seguido noté que se me inyectaba algo y un agradable calor que me recorría todo el cuerpo y aflojaba mi esfínter anal, la misma voz marcial que me había ordenado bajarme los pantalones me dijo “estire ahora los brazos sobre su propia cabeza y procure estar quieto”. Creo firmemente que los aliens habían analizado qué tono exacto de autoridad dar a las voces de las supuestas médicas y enfermeras para que sonasen autoritarias, pero no demasiado. Además, habrán escogido el género del técnico en cuestión, dependiendo de la o del paciente que vaya cada vez. Cuando finalmente yo entré en el tubo, recuerdo unos pequeños muñequitos señalizadores como los que se encuentran en los semáforos para peatones. Ahora no recuerdo si había dos o tres, creo que eran tres, y que se peleaban por mantenerse encendidos. Ahora yo, no ahora yo, no ahora me toca a mi, tú ya has estado que lo he visto sino me chivaré, y así peleando como si fueran niños, podéis creerlo? luego vino el carrusel de luces psicodélicas. Empezó a girar aquello, como un tambor de lavadora multicolor con centrifugado extra, en una especie de caleidoscopio chisporroteante, el cual si cierro los ojos ahora aún veo. Y a lo mejor me ha facilitado conocimientos de mapas interplanetarios y galaxias lejanas. Lo que es seguro, es que donde me han inyectado, me habrán introducido algún sensor para controlar y poder modificar mi ADN si fuese necesario y no siguiera el llamado P.A.C.E.H. (Plan Alien para la Control de la Especie Humana).

domingo, enero 02, 2022

La Sublime Puerta - J. Sánchez Adalid - ACTUALIZACION

 

La Sublime Puerta de Jesús Sánchez Adalid

Pues va de espías. Luis María Monroy, un soldado español es capturado como esclavo por los turcos en una batalla que pierde el Todopoderoso Felipe II por la gracia de Dios Rey de las Españas, de las dos Sicilias, de Hierusalen, etc, ese mismo que trasladó la Corte a Madrid, es que las malas decisiones suelen ir de dos en dos. De momento, lo meten prisionero junto a muchos más en la ciudad de Susa. Ahora bien, tiene la gran suerte de saber tocar música y hacerlo bien. Eso encandila al entonces Gobernador de Susa, Dromux Bajá, quien lo hace su esclavo, y lo lleva a Estambul cuando promocionan al mismo Dromux. Y a partir de ahí, y por consejo de un superior ahora también cautivo, se pone a hacer de James Bond.

Antes de que se me olvide, cuando he dicho lo de Estambul he recordado algo. Y es que no sé tú, pero yo me hago un lío con los nombres de Bizancio, Constantinopla y Estambul. Qué cuando empezaron a llamarse así. O quien fue antes, el huevo o la gallina. Por eso lo he buscado por Internet. Primero fue Bizancio eso está claro, luego Constantinopla y finalmente Estambul.

Volvamos al libro que es lo que interesa. A mi entender está muy bien escrito, lectura amena que imita una manera de escribir arcaica como piensa que lo harían en el S. XVI (supongo que se habrá basado en diversas cartas de la época), y que te atrapa. Solo le veo un pequeño pero, aunque desde luego no estructural ni nada importante. Es un simple detalle, aunque soy epiléptico, y me joden esos detalles. En la página 111 dice, cito “Atardecía cuando apareció ante nosotros el estrecho del Helesponto; la angosta canal el mar Egeo, al Oeste, con el de Mármara. al Este. En la Antigüedad llamaban a este paraje los Dardanelos y es semejante a la desembocadura de un gran río”. Eso me chocó. Yo había leído la palabra Helesponto en varios relatos referidos a la Antigüedad. Así que volví a buscar, y me salió esto.

 


 "Helesponto es el antiguo nombre del estrecho de los Dardanelos, un estrecho entre Asia y Europa. Viene del griego Hele, una princesa de Orcómeno y Ponto = mar. O sea, 'Mar de Hele'."

 

domingo, diciembre 19, 2021

Breve historia de Muñeca y Cacahuete

No sé si alguna vez habéis visto a Muñeca. Lo digo porque las personas generalmente tenemos una morfología facial determinada que no tiene nada que ver con la suya propia tan simétrica en su estructura, y con una apariencia como de tez plastificada. Personalmente conocí a Muñeca en mi primer año (y último, ya que de allí no pasé) de Universidad. Y me la quedé mirando convencido de ver un ser extraño y fuera de lugar, con su escasa estatura y su forma de andar robótico a la que parecía que le faltaba rodillas. Los primeros meses en la Univ le costó integrarse en el grupito. Solo iba con una amiga que creo que vivía cerca, pero todo esto cambió cuando conoció a Cacahuete. Cacahuete era un alumno de intercambio del Norte de África, que debía estar en la Univ desde el comienzo naturalmente, pero que para nosotros solamente apareció a mediados del segundo Trimestre, antes ignoro dónde se metía. No sé muy bien porqué pero Muñeca y Cacahuete conectaron desde el principio. Parezco amargado? Es que yo estaba por Muñeca, sabéis? pero casi desde el comienzo personalmente yo no tenía nada qué hacer, así que me decidí a ayudar a los tortolitos, porque aunque Muñeca y Cacahuete conectasen, no terminaban de decidirse a dar el paso, y todo eran miraditas e insinuaciones veladas. Gracias a mi les acabaron llamando Mani y Manily. Sí, yo soy tímido al 400 % cuando se trata de mi, pero si son otras personas, unos cachorros o hasta las jirafas del zoo que me desvié a ver en la última Feria del Libro de mi ciudad (celebrada cerca de las jirafas, cuando abrías un libro para ojearlo, las veías al fondo detrás del tenderete de esos mismos libros) ...


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