Una vez estuvimos en
las islas (Canarias), Pito Peke y la hija del jefe se casaron, y como
Komme Pottoro era el Capitán de nuestra pequeña escuadra de canoas,
le tocó oficiar la Ceremonia. Después de eso, enseguida nos fuimos
de esas islas. Antes de zarpar, Komme descubrió una extraña marca
en una roca en la que rompían las olas y en la que había grabadas
dos barras paralelas. La roca estaba situada hacia en Noreste y
nadie, ni siquiera los chamanes, supieron descifrar su significado.
De todas formas, decidimos seguir ese rumbo.
Bueno, al final se
dio una anécdota cuando ya nos alejábamos y el amante de lo nipón
de turno, ese que colecciona figuritas de Samuráis, láminas del
Monte Fuji y reproducciones de Geishas, miró hacia el volcán Teide, y dijo que se parecía al Monte Fuji, y que ojalá alguna
vez pudiese visitar el de verdad. Y un compañero le contestó que
no, que el Monte Fuji no era un volcán, que siempre había oido que
le llamaban Monte Fuji y no Volcán Fuji. Y otro dijo que sí que lo
era, que en la aldea su amigo Bab&oso le contó una vez que
conoció a un japonés llamado Oki que acababa de venir del Volcán
Fuji. Y otro volvió a negarlo, dijo que todos sabían que Bab&oso
era bastante tonto del culo y que soñaba hasta con esquimales.
Vamos, que empezaron a discutir sobre el vulcanismo del Monte
Fuji y solo porque estaban remando como descosidos, porque sino
llegan a las manos. Tras remar un buen tramo, nos pareció ver
un punto alargado en el horizonte. Al acercarnos, resultó ser un
poste enorme, parecido a los Totems que se cuenta que algunos
pueblos del norte erigen para conmemorar su linaje, solo que este
poste era de piedra. Nos movimos alrededor del poste de piedra,
mirándolo por todas partes intentando dilucidar - joder qué
palabra, me encanta la musicalidad que tiene ese vocablo,
DI-LU-CI-DAR, es simplemente … genial - bueno, intentando dilucidar
qué narices era ese dichoso poste … de piedra. Estábamos ahí
concentrados y de repente vemos acercarse una canoa enorme que
paró junto a nosotros. Los tripulantes, se dice así? sí, los
tripulantes de la canoa vestían vistosamente y hablaban una lengua
tan inteligible como la de la hija del jefe, la que se había casado
con Pito Peke. Uno de ellos que parecía una especie de chamán nos
examinó detenidamente y luego pareció conferenciar con las demás
personas de trajes vistosos. Entonces nos explicaron por señas que
teníamos que meternos un supositorio enorme por el CUL-¡pip!.
Cuando por fin entendimos las señas, nadie quería hacer ese
"sacrificio", y además no comprendíamos porqué querían
que hiciésemos esa capullada.
Eso sí, los chamanes decían que seguramente era algo importante,
aunque resultara bastante chocante como poco. Por eso nos reunimos
todos en torno a Komme y le hicimos ver que él dirigía a toda la
expedición, y no solo a los Caribes, por tanto debía hacerse
responsable por todos. Y sabéis qué? pues que coló, nadie se lo
creía. No sé, igual Komme estaba falto de cariño después de
tantos días, y se dijo que a falta de pottoros probaría el
supositorio. Es una suposición tan buena como cualquiera, no?
Continúa en Komme6 >>>