Sierra Calderona y Olivera Morruda


Vamos a ver, cerca del chalet pero ya en la Provincia de Castellón, hay que tener en cuenta que el chalet está en Valencia pero en el límite provincial, hay una Masía que antiguamente era un simple Refugio de Cazadores. En ese Refugio se comenzaron a hacer comidas que tuvieron bastante éxito y se transformó rápidamente en la Masía de Ferrer. Se encuentra muy cerca de Segorbe y se entra desde el Sur por una rotonda en un camino con un túnel donde pone Camino de Cabrera. Unos 100 m antes de la Masía está la Olivera Morruda, un árbol protegido increíblemente grueso y que vale la pena fotografiar. Por cierto, en la Masía si os gusta comer pedir codillo, la especialidad de la Casa, pero reservar antes que es pequeño y está muy solicitada la cocina de allí. Si os gusta andar yo preguntaría si se puede ir y visitar la Masía del Coronel ya que es privada y de paso sacar unas fotos. Por otro lado, por el Camino asfaltado por el que habéis venido hay varias lagunas que serían ideales para ir con los nanos y que hicieran el cabra un poco. Hablando de otra cosa mariposa, el chalet está en las estribaciones de la Sierra Calderona pero por el Norte se encuentra otra Sierra, la de Espadán. En la Sierra de Espadán hay un pueblecito llamado Aín. Aín es el típico pueblo árabe todo lleno de casas blancas y calles estrechas que es fenomenal fotografiar pero que no es tan fenomenal ir en coche hasta allí. Entre sus callejas existe un antiguo molino reconvertido en restaurante de comidas exquisitas pero un tanto carillas, el Molí del Duc. Antes de llegar al pueblo hay un puentecito y aún antes otro pueblo llamado Eslida, y frente a él una Fuente con el nombre de Font de Fosques que se subdivide en Font de Dins y Font de Fora unidas por una corta senda. Un apunte, si tienes algo de tiempo te puedes meter hacia Eslida y preguntar con toda educación por donde se va hacia Artana porque os gustaría ver un aljibe árabe que hay en la Carretera, Maria Cristina creo que se llama. Se llame como se llame, entre lo que hay es lucha a brazo partido entre Eslida y Artana para ver quien se queda con la fuente y sus derechos, por tanto cuidar la educación al preguntar y escoger con precaución a quien hacer la pregunta.

Olivera morruda
Oliera morruda

Ermita de Artana
Ermita de Artana


Si me quedaba en la parte de la Sierra Calderona podía empezar mis caminatas por la Font del Llentiscle cerca de Serra, continuar hacia la Masía de Tristán vía la Font del Poll. Claro que saliendo de esa misma Font del Llentiscle, te encuentras un desvío tipo rampa cuesta arriba que pone “rebalsadores”. Bien, te la subes como puedes, haciendo fuerza de pedales, usando bastante los frenos, meneando el manillar a derecha e izquierda, y una vez arriba es como un dédalo formado por caminos y pasajes en la cabeza de la montaña y al fondo un impresionante Mirador que podríamos tomar como una especie de meta u objetivo al que dirigirse. Volviendo abajo conforme te vas acercando a la Masía de Tristán el camino se vuelve más y más accidentado, habiendo dejado de lado una bifurcación a la Cartuja/monasterio de Porta Coeli, a Olocau, a la Font del Berro y Font del Marge. Recuerdo que pasando la bifurcación a Porta Coeli por el otro lado había un caminito que llevaba a una casa destartalada y que soplabas y se iba por los aires y donde vivía al que llamaban por la zona “Búfalo Bill”. No sé cómo oí hablar de ese hombre que vivía solo ahí arriba fui un día y me hice amigo suyo. No fue difícil, fue más difícil encontrarle, porque todos me decían “Búfalo Bill” por ahí, por ahí, por ahí, hasta que al final, a fuerza de andar y desandar caminos le encontré. Vivía en una casita de dos habitaciones con una mecedora de esas entretejidas casi a punto de romperse por vieja y una silla. Un pequeño camastro que se adivinaba en la habitación interior que no era muy amplia - casi un cuarto de trastos - y una mesa. Supongo que cocinaría en un hornillo de esos portátiles, no lo sé. Nos pasábamos largos ratos hablando de lo que nos interesaba a ambos: por donde se iba mejor a los sitios (qué camino quiero decir), la caza o fauna local que había visto recientemente, los avances de la “Civilización” y sus caminos asfaltados … y un día ya no apareció, no sé lo que ocurrió realmente. Bien, no hablemos de cosas que no tienen solución. Si se quiere, se puede continuar siguiendo lo que parece una pista forestal cuesta abajo desde Tristán hacia la Masía del Coronel. Pero solamente una cosita, la Masía de Tristán normalmente la alquilaba la Conselleria o algún Municipio en la temporada de vacaciones para que acampasen chavales o algo parecido pero la del Coronel era propiedad privada, desde luego estoy hablando no de la actualidad sino de cuando yo iba por ahí, el 2000 aprox. No sé ahora pero creo que hace algún tiempo tenía algo que ver con el Valencia Club de Fútbol y que Penev u otro jugador (no recuerdo bien quien me dijeron) de la plantilla lo llevaban en helicóptero a ese lugar que tenía todo tipo de animales. Antes de llegar a la Masía, el camino se metía en una especie de recodo semicircular y se medio-sumergía entre matojos espigados donde solían aparecer de golpe conejos e incluso codornices. Unos pasos más y llegabas al Romeral, que era, bien, un bosquecito donde había un chalet que otro pero más bien pocos dada la falta de comunicaciones terrestres y la mala conducción de agua de esa zona. De ahí ya directo al Coronel después de girar 90 grados a la izquierda, pero casi se me olvida, antes de llegar al Romeral y viniendo de Tristán se tenía a la derecha la parte de atrás de la falda de Peñas Altas. Si se encontraba uno con ganas, podía intentar la escalada. De inicio solo se encontraban caminos de cabras e incluso alguna colección de cagarrutas redondas, que recordaban a la que mi madre de niña le ofreció junto con otros nanos a otro niño en Eslida cuando veraneaban “si quería un caramelito” me parece que le preguntaron y el muy bastorro va y tragó … literalmente. Desde que me lo contó, el Flan de Chocolate que me hacía desde luego me lo zampaba porque soy goloso, pero con cierta precaución ¿quien sabe?. Bien, luego se llegaba a un camino algo más amplio solo comparado con una senda de cabras naturalmente. Ese camino discurría paralelo a la línea de la montaña, de hecho estaba justo en la cima e iba “hacia el Romeral” pero por arriba del monte. Cuando se llegaba ya a la parte más baja de la montaña, tenías que guiarte ya por mero instinto, eso ya era ir a la aventura.