En lo particular, se
decidió acudir al templo a orar. Yo había estado en el extranjero
demasiado tiempo, y no caí en lo que implicaba una visita al templo
de la ciudad hasta que no fue demasiado tarde.
En la religión
griega, no se puede entrar en un santuario, donde
se adora al dios si
uno no se ha purificado antes.
Evidentemente tuvimos que lavarnos y fregarnos bien en cuanto los
sacerdotes se enteraron que veníamos con un caballo, y más después
de un viaje por medio mundo mundial. En cuanto vi el agua, mi piel
adquirió el tinte amarillento que tenía la de nuestro amigo
oriental Qiang. Pero no podía salir de allí, así que decidí que
ya que íbamos a lavarnos, mejor acabar cuanto antes. En cuanto a los
humanos, no problemo.
El agua salió negra después de correr por nuestros cuerpos,
pero nada más. Pero cuando un servicial sacerdote le tiró un cubo
enorme de agua a nuestro Xanthus
particular, y este relinchó por lo fría que estaba, lo que salió
fue agua con tinte dorado y se
descubrió el pastel.
Todos se quedaron mirando alternativamente al caballo que ya era un
Bayard
normal y no un Silver
Blaze y al río dorado oscuro que escapaba hacia el desagüe del
templo. Finalmente, los ojos de todos los asistentes se fijaron en mi
poco humilde persona que en esos momentos intentaba esconderme en mi
propia sombra. Jmag me escrutó con sus ojos de búho, tamborileó
con sus dedos pulgar e índice en sus muslos mientras avanzaba unos
pasos hacia mi y me preguntó "bueno Gjoan, explícate"
"Pues no hay mucho qué decir. Di el cambiazo en Arshi. Un amigo
herrero de Gian tenía un caballo similar al dorado, solo tenía un
defecto en una pata izquierda y se resentía si se montaba demasiado
seguido, pero como era yo quien lo guiaba podía decidir llevarlo
casi todo el viaje de la rienda y así no lo habéis notado".
"No, si debió extrañarme que cedieses el venir con nosotros y
traer el caballo cuando era evidente que lo que querías era dejarlo
con los uigur. Entonces, nuestro caballo dorado está allá no?"
"Pues sí y lo cuidarán de fábula, yo solo le añadí al otro
una capa de tintura dorada que encontró Gian el aquel depósito del
Lop Nor" "Tienes al menos algo? alguna lámina, algún
tapiz, algún grabado en una tira seca de ganado del caballo dorado?
te conozco Gjoan, y sé que habrás 'tomado prestada' cualquier cosa
de aquel depósito del Lop Nor" "bueno - dije sacándome
una placa de debajo de la camisa y tendiéndoselas - conseguí sacar
estas placas" "menos es nada - rezongó Jmag
arrebatándomelas -".
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Bizancio |
Cuando los ánimos
se calmaron, nos hicimos de nuevo a la mar rumbo a la isla de
Proconeso,
donde haríamos un breve alto en nuestro viaje antes de entrar en el
Helesponto.
Solo que al salir de Bizancio, unos vientos contrarios un poco más
y nos arrojan a la costa opuesta del Popóntide, a la Bahía de Kios
visitada por Mileto
en 630 a.c. cuando fundaron la ciudad.
Pero mucho tiempo después de maniobrar en círculos enfilamos hacia
la isla de los corzos donde nos aprovisionamos de agua potable y
luego seguimos ya camino a través del Hepesponto. El Helesponto nos
costó cruzarlo mucho más que el Vosporos, ya que mide el doble, y
nos detuvimos en varias ciudades. Lo hicimos en deferencia a Jmag ya
que eran ciudades que salían en la Ilíada
tales como Pitiea,
Percote
y Abido.
En la costa contraria de esas ciudades está Quersoneso tracio,
una
península extensa en forma de calzador y de bastante anchura.
Cuando alcanzamos la salida del Helesponto navegamos hacia el sur a
la isla de Tenedos
donde atracamos en su puerto llamado Boreal e hicimos sacrificios en
el templo que erigieron los eolios
a Apolo Esminteo.
De allí fuimos a la isla de Lemnos,
concretamente a Hefestia.
"Bueno, esperemos que la tribu de tracia sintia no nos robe en
esa isla" - me dijo Jmag mirándome con toda intención -, es
que no hay forma que me la perdone. Y lo más jodido, porque ya nos
íbamos desde Lemnos y navegábamos sin costear hasta la Grecia
continental y la ciudad de Yolco
en Tesalia.
Lo cierto es que Yolco está envuelto por un brazo de tierra que
forma el Golfo Pagasético. Como curiosidad y tirando de erudición,
Jmag nos dijo que cuando la convención de Londres de 1832 declaró
a Grecia como reino independiente, la frontera norte se fijó en el
golfo Pagasético. Pero volvamos al Siglo V a.c., ese golfo no tenía
solamente salida por el mar, hacia el sur conecta con un canal
interior que deja a tu izquierda la isla de Eubea y el continente a
tu derecha y llega hasta la ciudad de Chalkis.
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