Sorpresa,
sorpresa, hoy me he levantado tardíamente. Menos mal que iba a ir al
Jardín de Ayora que está relativamente cerca de donde vivo y
habito. Bueno, el Jardín y el Palacete que rodea está cerca, pero
para ir hasta allí cogí el Bus 32, para volver lo hice a patita por
la calle del Colegio de la Pureza que evidentemente era de
monjas dado su nombre pero lo dicho: para ir hasta el Jardín cogí
el suburbano (joder, parece que estemos en la Antigua Roma y hable de
coger el Ano del antiguo barrio de la Suburra).
Bien,
cuando el Bus me dejó en la parada llamada Ayora que está unos
metros antes del jardín lo primero que aconteció es que descubrí
mi completa ignorancia. Antes del Jardín de Ayora en sí hay una
ampliación que rodea la Estación de Metro homónima de
Ayora, prolongándose por detrás y llegando hasta la (también de Ayora). Al principio es sólo césped y
unos bancos para aposentar el cucu. Más adelante junto a la Piscina Municipal y al muro del Jardín de Ayora ya hay algunos árboles. En
esa ampliación hay una zona canina, y en la verja había una serie
de carteles, entre ellos uno que decía “Se busca ninfa” y la
foto de un loro. Yo desconocía que había una cacatúa ninfa,
cocotilla o carolina tal como dice la Wikipedia. Para mi, ya sabéis
lo que se dice “las ninfas es tán ahí fuera”.
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Ninfa |
Entrando
ya en el Jardín en sí. Se podría saltar el muro, pero es una
chorrada porque se abre a las 9,00. Hay una pequeña pero acogedora
arboleda rodeando el Palacete de Ayora, o al menos es una arboleda
que le parecería pequeña al acomodado comerciante que construyó el
Palacete (y que hoy alberga a la Universidad Popular). También
rodeando el Palacete hay toda una fila de bancos como bailando una
conga recubiertos de cerámica y muy bonitos. Igualmente hay un
espacio que debió resultar ideal para instalar en él algunos
columpios, toboganes y cosas así para el esparcimiento de los
peques.
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Palacete |
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Hilera de bancos
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Banco
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En esa
parte trasera hay un muro pero con varias puertas que comunican con
el verdadero jardín. Un bosquecito de especies varias (muchas
identificadas con carteles y que tienen que llevar el DNI en la boca)
atravesado de caminos, algunos de baldosas (no amarillas) y otros de
tierra apisonada.
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Frondoso jardín posterior al palacete
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Camino de baldosas sonrosadas
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Eso ha sido Jack el de las habichuelas mágicas
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Y desde
luego el artista del barrio se ha pasado por allí y ha dejado alguna
obra para que la podamos admirar.