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miércoles, abril 27, 2022

Will Cipher

 

Al lío. Hace unas semanas nos dieron la paliza con la bofetada de Will Smith al cómico ese cuyo nombre no recuerdo en este instante instantáneo. Fue un tortazo impactante, tan superlativo como la nariz del poema de Quevedo pero con menos caché. Yo creo que el cómico notaría la ventolera que arrastraba el brazo del que Es leyenda hasta el gran cachete. Claro que estamos hablando del mundillo de Holliwood, y también es posible que interpretasen el hostión y que previamente se hubiese acordado la escenita entre "I'll be a blacksmith" y "The christian stone". Últimamente ha habido otra noticia en el sentido que ese cómico ha ascendido en popularidad, así que es muy posible que se haya escenificado todo el follón, o no, ¿quien sabe? Lo que también es posible, no lo que es seguro, es que esto ya se ha dicho en alguna parte, porque han habido tantos comentarios al respecto, se ha hablado tanto de lo de Smat!, perdón de Smith que es bastante improbable que no sea de esa forma y manera.

 

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sábado, abril 16, 2022

Buscando a Lugh desesperadamente 2

 

A la mañana siguiente me puse de camino hacia Akragas siguiendo la playa con la única compañía de unos frutos secos que me habían dado en Gela “para que comas algo que estás muy flaca y así no encontrarás marido”, palabras textuales de la mujer del pueblo que me los había ofrecido, lo juro por Cipris. Al llegar a la ciudad, lo primero que hice fue meterme de cabeza en el Mercado que no había que buscarlo puesto que el bullicio de la multitud lo hacía perfectamente detectable. Una vez allí, compré unas gallinas para ofertar a la divinidad en mi consulta del enigma que se me había planteado en Gela. Me encaminé al Templo de Castor y Polux para que los sacerdotes intentasen descifrar las palabras del viejo adivino. Comparado con los demás, ese era un templo pequeño, pero tenía cierta fama y por eso lo escogí. Lo bueno es que no tuve que esperar apenas, ya que había poca gente haciendo ofrendas. Cuando me tocó el turno y dije lo que quería, me preguntaron si por casualidad el adivino que me había formulado la predicción se llamaba Tanatos. Evidentemente, dije que no lo sabía pero se lo describí con precisión, y casi antes de que hubiera terminado esa descripción el sacerdote se dio una fuerte palmada mano contra mano y me dijo que sí, que efectivamente ese era el pordiosero, desgraciado, miserable, y no se cuantas lindezas más dijo de Tanatos. Dijo además que ese adivino era tan malnacido que hasta su madre había renegado de él y le había puesto el mismo nombre del dios de la muerte. Se notaba que había mucha animosidad y no había que ser un lince para adivinar el motivo. Ya que Tanatos era un adivino ambulante y hace la competencia a los que hay en los templos. Desde luego, en los templos habrá mucha más información que se podrá obtener en las bibliotecas de los mismos. Pero en cambio Tanatos posee movilidad y eso los sacerdotes lo verán como una competencia desleal. De todas maneras, me dijo que repitiera sus palabras una a una. Y así lo hice, que Tanatos me dijo que cogiera un barco con el destino a Akragas ya que debía viajar a donde estaba “el artesano de las mil artes”. Después de eso, no me miró extrañado, ni me pidió que repitiera la frase, ni nada de nada, solo entró en una cámara supongo que para consultar con alguien o algo, porque no despegó los labios. Tardó más de tres horas en el interior. Como allí había un banco y yo estaba cansada de la caminata y todo lo que había deambulado me dije, a roncar. Y me puse a dormir debajo de un mosaico de Zeus y Leda en una especie de jardín. De repente en mi sueño noté como un pequeño temblor de tierra y como éste fue subiendo de intensidad. Para mi sorpresa, cuando abrí los ojos comprobé que el temblor no era tal, si no el sacerdote sacudiendo mi hombro para despertarme. Su cara era bondadosa, se ve que ya se había olvidado de su enfado con Tanatos, eso o se había comido una de mis gallinas. Cuando ya me despabilé me dijo “He consultado largamente con la divinidad y parece que existen unos Bárbaros en el Norte, sobre todo en Iberia - en el interior - y en la Galia llamados Celtas, que adoran a un dios llamado Lugh, también llamado El Artesano de las Mil Artes” “¿Cómo Hefestos?” - Pregunté. Me miró como si le hubiera abofeteado. “Son Bárbaros, por tanto sus dioses también son Bárbaros, no Civilizados como los griegos” - aseguró. Yo no quise discutir, naturalmente, no quise hacerle ver que sus dioses eran tan civilizados que se envenenaban unos a otros, se acostaban entre hermanos y se comían a sus hijos. Solamente me quedé con lo que me había dicho del dios Lugh. Habría que ir o a Iberia o a la Galia. Mi madre era Turdetana, o eso me dijeron, así que mejor ir a Iberia. Pero antes de marcharme lo que quería era visitar el Templo de Zeus Olímpico que era uno de los más grandes de todo el mundo griego y venían a verlo de todas partes del Mesogeios Thalassa. Era tan grande que parecía que no fuesen a acabarlo nunca. Antes de abandonar el Templo de Castor y Polux el sacerdote me indicó, supongo que deseoso de borrar la mala impresión que pudiera haber causado en su visitante extranjera, que el puerto de Akragas estaba algo alejado de la Ciudad, pero que al Sur había un barrio marinero donde generalmente se reunían los capitanes, sus navegantes y los oficiales en general, y donde podría hacer los negocios previos tales como contratar un barco, una tripulación y concertar un destino. Me acerqué al barrio marinero y enseguida vi un mesón que destacaba porque estaba profusamente iluminado, irradiaba calor y se escuchaba rumor de risas que oscilaba de tono subiendo y bajando como la marea, muy propio. Cuando estuve prácticamente delante y pude leer el letrero de encima de la puerta, no pude reprimir una sonrisa: “La almeja alegre”. Al entrar pude ver una serie de hombres sonrientes y de rostro rubicundo que orbitaban alrededor de otro algo más grueso sentado en una mesa baja que tenía sentada en sus rodillas a una mujer, y qué mujer. ¿Las almejas tienen perlas? las ostras sí, eso lo sé, pero las almejas no tengo ni zorra. Ahora bien, si la respuesta es que sí, esta almeja ya tenía su perla. Sea como sea, ya sabía a quien dirigirme para mi viaje. Al que tenía encima una perla.

 

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Buscando a Lugh desesperadamente 3

El capitán - porque era un capitán de barco - con la Perla en las rodillas se llamaba Eulo. Era de Atenas y se sentía muy orgulloso de ello, siempre estaba hablando de su gloriosa ciudad, de Teseo, del Minotauro que venció y del hilo de Ariadna. Su barco era El Victoria de Teseo, y después de mucho hablar sin lograr que desbancase de sus rodillas a la Perla que seguía allí ronroneando y haciendo carantoñas al capitán, conseguí un pasaje en la bodega del barco a precio módico, ya que no tenía mucho para gastar y no estaba dispuesta a subirme a sus rodillas a ronronear, eso se lo dejaba a la Perla. Bueno, conseguí un pasaje hacia la costa de Iberia, ya que el capitán tenía tratos comerciales en algunos puertos de la misma. Dijo que partiría en tres jornadas, y lo mejor sería que me alojara mientras tanto en un cuartucho de la planta superior del mesón, porque partirían cuando todo estuviera aún obscuro como la boca de un lobo para aprovechar la marea, y ellos se alojaban en el mismo mesón. Primero fuimos hacia el Sur y de vuelta a África. Salimos tal como dijo muy temprano y sorprendentemente no tuvimos una travesía muy accidentada aunque fuimos directamente y sin costear, afrontando el mar abierto. Pero hubo suerte con el tiempo y parece ser que ningún dios quiso hacer travesuras con la nave ni con nosotros. Nuestro primer destino allí fue un floreciente asentamiento púnico llamado Útica cercano a Cartago y donde estuvimos poco, Eulo hizo unos tratos comerciales fructíferos, pero pese a todo me dio tiempo a visitar su anfiteatro conocido en toda África, ya que había sido capital de esa provincia cartaginesa. Luego hubimos de costear algún tiempo hasta el puerto fenicio con el bromista nombre de Lol. De allí marchamos a una ya decadente Rusadir (actual Melilla) desde donde cruzamos a Iberia, concretamente a Malaka que comenzaba a denominarse Malaca o Malacca en los escritos, porque un pueblo de pastores y labriegos llamados Romanos comenzaba a dominar también los mares, claro que todos creían que su dominación probablemente no llegaría muy lejos, algo así como con la candidatura de Trump para la Presidencia de USA, no llegó muy lejos tampoco. En esa Malaka, Eulo tenía algunos conocidos y estuvimos hasta el día siguiente en puerto, de manera que todos bajamos a estirar las piernas. Era una ciudad muy glande y yo no quería perderme en ella. Se notaba que generalmente hacía calor y la gente solía caminar rápido pero con poca ropa, usualmente túnicas vaporosas y lienzos finos. La Perla estaba en su jugo, y como yo venía del Norte de África me encontraba como en casa. Pero no quería distraerme de mi propósito, y tras dar una vuelta por el puerto y visitar el Santuario de Baal Hammon, volví al Victoria de Teseo a esperar al capitán. A la mañana siguiente salimos hacia Akra Leuké (que por cierto estaba muy militarizado), adonde llegamos en poco tiempo. Y donde finalmente desembarqué. Me despedí del capitán Eulo, de la Perla y de toda la tripulación y continué con mi versión de Buscando a Lugh desesperadamente. Akra Leuké era una montaña escarpada y resplandeciente. En ella me dirigí a la cima al Santuario de la Diosa Tanit a presentar mis respetos a la diosa que nunca está de más. Y debió de surtir cierto efecto, porque al salir del Templo me topé con quien en un principio creí que era uno de esos charlatanes que se colocan en sus escalinatas en busca de incautos y su bolsa de monedas. Parece ser que era amigo de un sacerdote, de cuyo nombre no quiso acordarse, que le sopló mi búsqueda desesperada del dios Lugh y mis preguntas a Tanit sobre dónde encontrarlo. Me dijo que Tanit misma había hecho que nuestros caminos se cruzasen. Recitó tras un largo viaje hacia el Norte y después hacia las tierras donde se pone el Sol, en el territorio de un pueblo llamado Olcades, hay una ciudad llamada Ercávica. Allí encontrarás al dios Lugh, “el artesano”. Para ir hasta allí necesitas un guía. Tienes que bajar al barrio iberio, buscas una casa con un escorpión sobre la entrada, entras y dices que vas de parte de DÚ. La persona que vive allí es el mejor guía que podías encontrar, y al decir que vas de mi parte te tratará mejor que a cualquier otra persona, y de esa forma podrás negociar de forma más distendida.

 

Buscando a Lugh desesperadamente 4 --->


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