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domingo, febrero 04, 2024

Yapigios 8 - Parte 2

 

Pasamos unos días en Arshi, pero habiendo cumplido nuestro objetivo de haber encontrado el caballo dorado era hora de preparar el camino de vuelta. De forma que nos sentamos con Gian y con la familia con la que estábamos y guiándonos por su conocimiento de la zona trazamos una ruta hasta Kophes hasta el Oceáno Hircanio.

El primer paso que teníamos que dar era sencillo ya que era simplemente desandar lo hecho en el último tramo de nuestra ida. Teníamos que bajar hasta Harappa y sus murallas, luego continuar hasta Derawar que ofrece su agua a los caminantes del Desierto de Cholistán y finalmente pasar junto a Larkana. Luego ya viene Kophes y empieza el viajecito de verdad. Y efectivamente se llegó a Kophes sin ningún contratiempo, llevando unas mulas de carga para las cosas de los viajeros y al caballo dorado atado a una cuerda lo llevaba mi humilde persona, ya que finalmente volví con el grupo después de haber cedido a mis pretensiones de que el caballo se quedara en Arshi. En Kophes hicimos alto en una fonda donde preguntamos si salía dentro de poco alguna caravana rumbo al Océano Hircanio. Nos dijeron que efectivamente había una que lo rodeaba por el sur, de forma que pasamos los días visitando los bazares y los templos de Ahura Mazda, mira tengo una amiga que se llama Magda. Por fin salió nuestra caravana. No era una caravana muy grande aunque sí bastante heterogénea, no era como el tapón de coches que se forma en las ciudades los fines de semana. Nuestra primera parada era la ciudad de Hariova famosa por su abundancia de cereales, de la que nos dijeron que el nombre de su río se traducía por "con velocidad", así que mejor no caer dentro. De ahí, marchamos a Varkana (la Hircania griega, los griegos identificaron una ciudad con toda una región supongo que porque hubo algún mercader griego que compraba allí alfombras, no sé). Y casi inmediatamente sin detenernos a ver el aeropuerto internacional de Varkana nos fuimos a la ciudad portuaria de Sari, donde nos separamos de la caravana y buscamos cómo surcar en diagonal el Océano Hircanio hasta el puerto de la amurallada Derbent. Tras mucho buscar, encontramos a un pescador de la zona que salía periódicamente de pesca a unas cuantas islas de este mar interior. Había que perder bastante tiempo, ya que iba de isla a isla y tiro porque me toca, pero no teníamos mucha prisa y era una buena forma de cruzar hasta Derbent. Bien, fuimos al puerto a buscar la barca con que hacernos a la mar y enfilamos hacia la derecha. La primera isla que iba a visitar se llamaba Ogurja. No nos costó mucho llegar a ella ya que no estaba muy lejos y no fue una travesía muy tormentosa aunque sí bastante fría desde luego. Era una isla alargada y estrecha y allí tenía una especie de caseta de donde recogió sus útiles de pesca y enseguida nos fuimos a nuestro próximo destino. Se ve que el pescador allí solo recogía sus cosas. Cruzamos a la otra orilla del mar, parecía que unos jugadores enormes estuviesen jugando con nosotros y arrojándonos de un lado a otro de un tablero de juego. La siguiente isla se llamaba Nargin y allí sí que iba de pesca, sobre todo de pesca del Esturión. Tenía bastante paciencia para la pesca, de forma que tocaba echar una cabezada. Éramos 5 en una barquita no muy grande, pero nos arreglamos como pudimos y a dormir como ceporros. De allí fuimos a la gran isla de Bulla (no, no insistáis que no pienso hacer el chiste de que en esa isla metió mogollón de bulla) donde nuestro pescador no tuvo demasiada suerte, quizá por los depósitos de gas y a la contaminación por hidrocarburos. De manera que fuimos a la arenosa isla de Vulf, donde lo juro por la divina Tetis y sabéis de sobras que Tetis es una ninfa marina y una Nereida, nos saludaron unas simpáticas Focas. Después de echar un tiempo las redes, fuimos costeando y contorneando la Peninsula de Absheron o "lugar de agua salada" hasta dar con la isla de Pirallahi. En la isla se los pirados que tiene forma como de hueso, otra vez se puso a pescar lo que nos desesperó considerablemente, pero nos consolamos con el hecho de que luego ya nos iba a desembarcar en Derbent que estaba algo más al norte en esta misma costa, y él volvía a cambiar a la acera de enfrente a probar suerte en un grupo de islotes llamado Tyuleniy .










Desde Derbent nos adentramos a pecho descubierto por tierra formando una especie de V en cuyo vértice inferior encontramos la ciudad de Kirovakan que sería nuestro próximo destino. Kirovakan fue un sitio solo de paso y saldríamos de ella hacia Cutatisium a orillas del río Fasis. En Cutatisium había que contratar un barco que bajara por el río Fasis, navegar el poco trecho que había entre la ciudad y el Ponto Euxino, costear el mar, cruzar el Vosporos y el Helesponto y llegar a Atenas. Pero me refiero a un barco de verdad, no a la barquita del Océano Hircanio, si bien de poco calado para que pudiese bajar por el río. 

 

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jueves, febrero 01, 2024

Yapigios 7 - Parte 1

 Torcimos hacia la izquierda hacia zonas más montañosas. Y tras una larga caminata llegamos a las orillas de un lago salado donde pudimos descansar. Debo decir que el lago es salado, pero desaguan tres ríos en él de forma que pudimos reponer nuestra provisión de agua potable sin problema. Finalmente nos echamos todo lo largo que éramos a roncar un rato en la orilla. De repente noto una humedad insólita en mis mejillas, lo que me recuerda que es el día internacional del beso, y cuando abro los ojos me encuentro con unos ojos equinos al otro lado. Un caballo inclina su cabeza sobre mi y me despierta a lametones. Como me levanto de golpe un poco más y me pego un coscorrón con el caballito de marras. Termino de ponerme de pie a trompicones y echo un buen vistazo al animalejo. Juro por Isis y Neftis que era el caballo dorado de Gian. Entonces Jmag y yo tuvimos un "debate filosófico" sobre qué hacer con el ejemplar. Jmag quería llevárselo a Yapigia para ofrecerlo a nuestro Señor de los Caballos, el dios Nenaza, digo Menzanas, ya que sería el único digno de ser montado por él. Yo argüía que debía quedarse allí con los suyos puesto que era donde había nacido. Pero finalmente cedí. Ya que estábamos en la zona de influencia del Zoroastrismo - dije - había que hacer buenas obras y ceder en nuestras pretensiones. Decidimos volver por un camino más directo a Arshi, y una vez llegamos le comunicamos a Gian todo lo referente al descubrimiento del caballo dorado y a lo que habíamos decidido hacer con él.

Desde luego, nosotros ya habíamos cumplido nuestra misión,le comunicamos a Gian todo lo referente al descubrimiento del caballo dorado, y ahora tocaba coger las de Villadiego


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Yapigios 6 - Parte 1

 

Gian fue directamente hacia un montoncito de tablillas apiladas en un rincón del depósito y, tras rebuscar y palpándolo un poco nos tendió una de las de la parte de arriba como mi abuelo cuando escoge una sandía más madura y mejor que las demás. En la tablilla, que era pequeña aparecía un caballo alado con las patas extendidas y como volando hacia abajo. Su piel llameaba y su sola presencia imponía. Era un ejemplar magnífico. Gian nos dijo que ahora ya no se veía ningún caballo dorado de esos, pero según los textos antiguamente en el norte (donde vive el pueblo Saka) existían algunas manadas de ellos. Bueno - nos dijo Jmag echándonos a la cara su erudición griega - El inmortal Xanthus, que significa ‘dorado’, tiraba del carro de guerra de Aquiles en la Ilíada de Homero. Y ale, hacia el norte, por si acaso quedaba algún caballo dorado de esas manadas y podíamos ofrecérselo a nuestro Señor de los Caballos.



Nota: Los caballos de pelaje dorado y crines y cola de color blanco plateado son conocidos como caballos palominos. No se sabe con certeza de dónde proceden, aunque se cree que su coloración podría haber surgido por primera vez en Oriente Medio hace miles de años, desde donde se extendería posteriormente a China y Europa gracias al comercio y a la conquista. Popularmente se cree que el palomino podría haber sido el resultado de una adaptación de los caballos salvajes del desierto para camuflarse con un color similar al de la arena,” Arqueólogos chinos han llevado a cabo análisis de ADN en los restos de cinco caballos encontrados en un complejo de tumbas de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, descubriendo que uno de ellos era de un singular color dorado con las crines y la cola blanca. En algunos antiguos tapices hallados en Asia se puede ver este casi mítico caballo dorado, aunque se desconoce realmente el lugar de origen de esta raza singular. Los restos de este caballo fueron desenterrados por primera vez en el año 2006 en un complejo de tumbas datado entre el 400 a. C. y el 120 a. C. Los caballos, junto con otros restos de animales, habían sido enterrados como sacrificio para tres personas diferentes, que se cree que pertenecían a una comunidad nómada. Los enterramientos de caballos eran comunes en la antigua China, y a menudo reflejaban la posición social del propietario de la tumba. En ese sentido, los arqueólogos descubrieron una elaborada tumba de hace 2.500 años en la provincia de Henan, posiblemente de la realeza, junto con una fosa funeraria en la que había seis carros de guerra y 13 esqueletos de caballos completos.



Pues nada, nos dijo que fuéramos a un lago llamado Lago Ebinur que se encontraba a unas 18 jornadas al Noroeste, pero que ya que íbamos a esa zona que nos desviásemos algo al Este puesto que había unos paisajes en un cañón muy bonitos y sería una lástima no verlos.

Bueno, a la mañana siguiente salimos de Arshi con un guía de la aldea que nos recomendó Gian con rumbo Norte y luego ya enfilaríamos hacia el Oeste. Por la mañana, no había quien despertara a Jmag, un poquito maaas mami … estaba ahí todo espatarrao como una Aproditia en versión cutre y calzones. No tuvimos piedad con él y le endiñamos un cubo de agua fresquita del río y pegó un salto como un conejo que sale a toda pastilla de su madriguera si encuentra una serpiente dentro. Cuando Jmag ya estuvo en pie … y "lavado" … nos pusimos en marcha. Joder, el caminito no era nada  agradable. Era como un páramo todo pelado y nada a la vista. Todo era andar y andar y no aparecía nada, así que preguntamos al guía de nombre impronunciable si llegaríamos a un sitio donde cambiaría el paisaje y nos dio la misma respuesta que le da el cerrajero a Penny en Big Bang Theory y Sheldon le pregunta si está frustrada porque le ha dado una respuesta en forma de taulología, "se llegará cuando se llegue". Cuando al fin "se llegó", y tardó bastante en llegar, vimos que el paisaje había cambiado bastante. Solo que el tiempo no acompañaba, ya se sabe "los pajaritos cantan, las nubes se levantan. Que sí, que no, que caiga un chaparrón …" Afortunadamente vimos una cueva parecida a la cueva de Posia y pudimos resguardarnos o quedaríamos más remojados que el gaznate de Dionisio. Y entre la lluvia vimos esto:





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