Hoy
tocaba ir a Benicalap.
Como ahora no me hacía el ánimo de volver a salir, cuando se ha ido
mi Ayuda a Domicilio allá a las 10:00 me he ido con él, él se ha
ido con su patín y yo a patita hasta la Estación del Tranvía de
delante de mi casa.
Como
donde iba a ir está ahí al lado y dicho literalmente, he cogido la
línea
4 de ese
tranvía y directo a Benicalap. Una vez allí, pregunté a un
hombre que estaba limpiando entre coches con un chaleco reflectante
la dirección de la Iglesia
de San Roque, que me había parecido atractiva por
Internet, eso sí en cuanto antigüedad … es toda de planta nueva.
Eso duró poco “temps”. De ahí fui hacia la Av.
Burjassot que está bastante cerquita. Me acerqué a una de las
paradas de autobuses y consulté el plano que hay en el panel
posterior de la parada, ¡lo que hacemos por no preguntar demasiado a
menudo! En el plano hay un circulo del tamaño de una canica que se
ha comido algunos donuts de más y que puede ser de color naranja,
verde, rojo … en este caso era naranja y ponía “vosté està
ací” (usted está aquí). Determiné dónde estaba, escogí una
calle de referencia en el plano, y observe por dónde se iba al
Parque
de Benicalap que quería visitar a continuación. Luego
identifiqué la Calle referenciada anteriormente en el plano ahora
físicamente, y como me di cuenta de que era precisamente en ese
sentido hacia donde tenia que caminar para encontrar el Parque, hacia
allí me fui. Unas 4 o 5 calles y llegué a un pequeño paso para un
hombre pero un gran paso de cebra para la Humanidad y tras él estaba
el Parque de Benicalap. No cobran entradas, y no es porque yo sea
Discapacitado. Por ejemplo, en el Jardín
Botánico de Valencia sí que cobran aunque a mi no, ¡chincha
rabiña que tengo una piña! Pero allí no vi taquillas. Aunque
dentro tienen muchas cosas, tienen su Cascada del Ángel particular y
un Puente sobre el Rio Kwai, tienen canchas para jugar petanca sin
jugadores de petanca, mesas de ping-pong vacías, columpios y todo
tipo de aparatos para niños que esos no estaban muy vacíos,
surtidores con forma de estrella de seis puntas imitando el estilo
oriental y junto a la que algún abuelo estaba leyendo, muy abuelo
pero leía en I-pud, I-pod, I-pad, I-ped … leía. También había
algunas madres tomando el fresco entre enredaderas y unas jóvenes
haciéndose selfies. Hay que decir que ese parque es bastante
completo. Y ahorita mismo voy a demostraros lo bueno y suertudo que
soy. Aún desde el Parque vi un edificio en ruinas con pinta de
particular pero a la vez como si fuese una especie de templo que me
llamó la atención. Como ya había terminado el tour, salí del
Parque y fui hacia la derecha. Yo creía que estaría más alejado,
pero casi enseguidita me topé con el edificio en cuestión. Estaba
totalmente vallado. Estaría en ruinas, pero la valla de delante y la
de atrás eran aún resistentes. La lateral se había deshecho lo
suficiente en algunos puntos para que alguien “normal” pudiese
saltar al interior, pero yo no. Así que hice alguna foto desde
fuera, estirando los brazos a través de los barrotes para que no
salieran y ya está. Junto a la edificación había una pequeña
carretera y decidí seguirla, porque al fondo aparecía la silueta de
una casa que me sonaba de Internet. Continué y … ¡Bingo! La
Alquería
de la Torre, que no es que sea especialmente bonita y menos con
las pintadas que algunos artistas han plasmado en sus paredes. Me
parece bien que se expresen cuanto quieran, pero no pisoteando a
otros. Bueno, después de esta diatriba, volví a la Av. Burjassot,
busqué en Google dónde estaba La
Ceramo y me salió que en la Av. Burjassot 142. Como tenía la
dirección exacta, simplemente volví por donde había venido
esperando encontrarla. Pero pasaban Calles y Calles y La Ceramo que
no llegaba, y me pregunté si la Web no estaría mal o algo así. De
forma que cuando vi a un abuelo paseando con la que supongo sería su
nieta le pregunte si sabía dónde estaba, pero nada la cara que puso
fue como la que pondría Lisa
Simpson si Milhouse
le dijera que no quiere salir con ella. Pero ahí volví a tener una
flor en el culo, la supuesta nieta me dijo que creía que La Ceramo
estaba pasando una Farmacia. Continué unas calles más y cuando por
fin vi Farmacia Tarazona, tenemos mascarillas baratas, supe que ya
estaba prácticamente. Pero aquí acaba la buena suerte, La Ceramo se
encuentra en rehabilitación.