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sábado, abril 09, 2022

El Tirano de Valerio Massimo Manfredi

 

El Tirano de Valerio Massimo Manfredi.

Este libro me lo compré en un kiosco y hasta que llegué a casa no me di cuenta que tenía una dedicatoria en la primera página: dice “de un tirano a una nerviosa pero con mucho amor, tu chuti” Os lo podéis creer? resulta que soy el novio de una nerviosa y no me había dado cuenta.

Bien, coñas aparte esta es la historia de Dionisio I (presuntamente contada por su descendiente Dionisio II). Dionisio reanudó la tiranía en su Siracusa natal tras un periodo democrático y dado que su sueño era establecer la hegemonía griega en toda Sicilia y tal vez más. Sueño que se acrecentó tras los primeros reveses que sufrieron los militares bajo cuyo mando estaba por entonces el joven Dionisio. Los orígenes de Dionisio (llamado el Viejo) son confusos: unos investigadores creen que era de origen noble y otros de clase baja, aunque les parece más probable que fuese de origen noble dado que era yerno del noble Hermócrates. En cambio, Manfredi escoge la otra opción, quizá porque las victorias de Dionisio se pueden contar con las manos, y que sea alguien “hecho a sí mismo” tiene más tirón. Dionisio pertenecía a una especie de Compañía que el autor de los diarios de Gravity Falls, perdón que Mafredi dice corresponde a las antiguas Hetairíai griegas, lo que no sé es cómo se combina eso con el hecho de que Dionisio es de Clase baja porque esas cofradías son lugares de reunión de aristócratas. No estoy de acuerdo en muchas cosas de este libro con Manfredi, ni con su inicio ni con su evolución, aunque como siempre la documentación del mismo es muy buena y los diálogos muy amenos, eso no puedo negárselo. Y aunque lo que a mi me gusta es la ficción y no especialmente la Historia pura, que haya contradicciones es algo que me rechina. Pero para lo que me ha costado el libro ...

martes, abril 05, 2022

Prácticamente morí 2 (actualización)

 

Pensé en huir. Pero adonde iba a ir. Así que me dije “bueno, solo se vive una vez” y me metí en el burdel, “así por lo menos estoy contento cuando llegue … lo que tenga que llegar”. Lo juro por Isis y Neftis, en el Burdel vi más tatuajes de señoritas en paños menores que señoritas en paños menores. Lo que pasó allí dentro es personal, pero quizá pasó con una cabra porque estaba oscuro como el agua de mi tina después del baño anual, y no eran formas muy turgentes las que yo palpaba. Claro que tanto la Dulce Penny como su corte de beldades son todas mayorcitas, vamos que a los años de las prostitutas locales se les podría calificar fácilmente de maduros. Tras “gratificarme”, me hidraté y bajé a comer algo. Entonces llegó Pel.

Llamó con su vozarrón de camionero en varias ocasiones a Luckie Joe. Hube de salir y explicarle que Joe había tomado las de Villadiego y que se había decidido (por unanimidad recalqué, que uno tiene su orgullo) que fuera yo su contrincante. No es por echarme flores, pero a pesar de que la camisa no me llegaba al cuerpo y que sudaba por todos y cada uno de mis poros, dije lo de que yo era su contrincante, hinchando el pecho, irguiéndome más, y subiendo unas pulgadas el cinturón de mi pantalón. Me miró de arriba abajo, repasando lo poco que encontró y no pareció ver gran cosa en mi humilde persona, porque soltó: ya sabía que el nivel masculino no era muy alto en este pueblo pero, no han podido elegir nada mejor? en fin, si no hay más remedio. Con lo que me dejó chafado e hizo que no sirviera de nada el tiempo pasado en el burdel. Luego se alejó hasta ponerse a la altura de la puerta de la iglesia, lo que me dejó la única opción de ir enfrente de la entrada del bar. Entre nosotros había unos 50 pasos de calle terrosa de un color amarillo claro en la que se notaban las rodadas de los carros y los cascos de los caballos. Pasaba el tiempo despacio, tic, tac, tic, tac, como cuando Sharon Stone mira el reloj en Rápida y Mortal, esperando que de las horas y suene un TAC algo más fuerte que los otros. Entonces … bueno, ya he dicho que sudaba por todos mis poros, no? pues comenzó a picarme allá donde la espalda pierde su muy casto nombre. Evidentemente, a Pel le intrigó que me rascase frecuentemente justo ahí, y como muy delicada no es que sea, dijo de sopetón: “quieres dejar de rascarte el culo majadero que así no hay quien apunte?, a ver si te crees que matar es fácil? seguro que eres como todos los demás que piensan que solo hace falta disparar rápido. Pues no, capullo. Hasta matar a un descerebrado como tú es la leche de complicado. Hace falta una calma que te cagas, y si encima el gilipollas de turno empieza a rascarse el culo …” “Es que tengo almorranas, y con el sudor pica y escuece que no veas”. Se quedó mirándome de una forma tan rara que me dio más miedo que en todo el rato que había estado frente a mí. Finalmente, después de un tiempo tan largo, que creí que se había muerto de golpe y la brisa del desierto la había embalsamado, dijo: “cuando yo era niña, mis padres me compraron un cachorrillo. Era muy pequeño, todo blanco menos una mota negra en la cola que la tenía ridículamente corta. Por eso le puse Speckle de nombre. A las dos semanas, descubrimos que tenía almorranas. Mi padre se puso como loco, dijo que había pagado sus buenos centavos por el cachorro y el tendero le había vendido uno defectuoso. Me obligó a devolverlo a la tienda. De nada sirvió que llorase hasta rabiar, que patalease, que me agarrase a sus rodillas, el perro acabó el la tienda. Yo adoraba a ese cachorrito”. Qué vueltas da la vida, no? salvar la vida por unas almorranas.

Prácticamente morí (actualización)

 

Os voy a contar la vez en que casi muero. La historia es esta:

Johnny LoMake Dox Veces había llegado con la Diligencia que venía del Este y nada más bajar del pescante, pasó por el Saloon de Gladys donde sabía que estábamos todos reunidos bebiendo, charlando, jugando a la brisca y armando una buena para decirnos que de un momento a otro llegaría al pueblo la famosa pistolera llamada Crazy Pelican Whipped Cream o Pel para abreviar. Vale, vale, lo sé de sobra, LoMake Dox Veces es un indio con sífilis, pero no por eso deja de ser creíble, no? que no escucha los rumores con el pito. Bien, tras este pensamiento tan profundo en exceso a mi entender, que casi me estalla el coco cuando lo he discurrido y verbalizado posteriormente, diré que de esa pistolera se susurraba, porque nadie se atrevía a decirlo en voz alta, que era más certera que Bill Hickok y más sanguinaria que Jesse James. Desde luego y nada más saber la noticia, todas las Fuerzas Vivas del pequeño campamento minero en que vivíamos y trabajábamos (solamente de forma ocasional) desaparecieron como por arte de magia, como si uno de esos magos que surgían como setas en la ciudad de Boston y sus alrededores les hubiese echado algún abracadabra. Y en el saloon, que estaba hasta los topes hasta ese momento, nos quedamos 3 amigos y yo con los vasos en la mano algo desconcertados porque en la estampida se había incluido el héroe y pistolero local - Luckie Joe - que todos creíamos que iba a salvar el día. Mis tres “presuntos amigos” se quedaron mirándome e insistieron en que fuese yo el que me enfrentara con Pel ya que era el único que tenía relver. Y eso sin tener en cuenta el hecho, que insistí en dejar claro, de que mi único acierto como tirador era un saco de avena que la vieja Polly guardaba en la parte de atrás de un cobertizo para herramientas de su propiedad. Sobre ese saco, unas tardes atrás había colocado unas cuantas latas y botellas y luego había intentado hacer blanco, pero sea como sea (quizá había bebido de más ese día o hacía un viento desmesurado, que a nadie le gusta admitir que es un auténtico zoquete con la pistola aunque sea para salvar el culo) las balas habían ido a parar al maldito saco de avena. Pero nada, el colega que estaba sentado enfrente de mi, llamado “el espatarrao” porque simplemente no tenía cintura al caminar y parecía una herradura de la buena suerte, porque todos saben desde Arizona hasta donde están los penes que silban que las herraduras se colocan con los cuernos hacia arriba para repeler espíritus. Bueno, el espatarrao simplemente me dijo que procurara apuntar más alto, y que había visto otros tiroteos de Pel y normalmente no se movía del sitio, o sea que yo no tendría problema en cuanto a blancos móviles, porque ya sabíamos todos que yo no era muy rápido de reflejos. Y claro, los otros dos compañeros animando y llenándome el vaso una y otra vez. Esos son mis amigos! Al primer contratiempo con el que se encuentran, se vuelven contra mi y me echan a los leones.

 

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viernes, abril 01, 2022

Erik el godo. el sabio de Cesaracosta de Isabel Abenia

 

Erik el godo. El sabio de Cesaracosta de Isabel Abenia.

En una aldea de goda Escandinava, el godi de la misma presiente que se avecina una catástrofe que arrasará su poblado. El godi ya es anciano, pero tiene una hija y realiza los preparativos para que contraiga matrimonio con un godo robusto, facilitando las instrucciones oportunas a la nueva familia de su hija para que viajen hasta una lejana y blanca ciudad en la Visigoda Hispania. Los godos ya adultos encuentran serias dificultades para establecerse en una nueva ciudad con otras tradiciones y un sólo dios, donde los godos de Hispania han olvidado casi todas sus costumbres ancestrales y se han “romanizado”, pero para los jóvenes del grupo resulta mucho más sencillo asumir una nueva realidad. En el seno de esa familia goda, hay un muchacho llamado Erik que prospera rápidamente en la nueva ciudad. Primero es ayudante del Obispo de Cesaracosta, aprendiz de un médico famoso, confidente del Comes Civitatis y de diversos Reyes, Juez, propietario de un Hospital y amigo de los necesitados.

Me compré este libro: uno, porque estaba rebajado, y dos, porque ya me había leído La última sibila de la misma autora y me gustó. Personalmente, creo que la trama del libro La última sibila está mejor hilvanada que la de Erik el godo, aunque esto no quiere decir que este libro no sea veraz, convine con exactitud las culturas goda, hispano romana y judía, y agregue el atractivo de tratar una época poco conocida, de corta duración, y con un territorio cambiante conforme había escisiones dinásticas, la Patria Visigoda.

viernes, marzo 25, 2022

Amunami

NOTA: He estado releyendo este relato, y tengo que clarificar que no quiero establecer ninguna especie de paralelismo con la Guerra Ruso-Ucraniana, solo es un relato fantástico. Además en las propiedades del documento aparece que lo hice el 15 de Febrero, y esa Guerra comenzó el 24.

 

El otro día recibí un mensaje en forma de cilindro a través del tiempo de la Antigua Mesopotamia de parte de mi amigo Amunami el Sumerio. Después de colocarlo en el tambor de la lavadora, programar el centrifugado y sacrificar un mosquito tigre al dios Anu, la escritura del interior del cilindro quedó inserta en las paredes de goma del tambor de mi Zanussi. Extraje esa goma y de esa manera, pude leer y descifrar los caracteres cuneiformes que tenía grabados y finalmente entender su contenido. ¡Amunami siempre tan elegante al expresarse, incluso a través del tiempo! No sé cómo no se ha casado aún. Porque es un chaval joven, no mal parecido, inteligente, y ser escriba de una revista del corazón en la ciudad de Eridu no es mal partido. Pero dejemos el aspecto personal de Amunami. En el mensaje Amunami, después de desearme todos los parabienes imaginables, asegurándome que había rezado por mi a Nikasi, “Dama que llena la boca” y diosa sumeria de la cerveza (¡qué majo!), expresaba su preocupación por la casi visible degradación de la sociedad en que vive y la corrupción galopante de los líderes de su país, que no había sido gobernado por nadie que se preocupara por las necesidades del pueblo desde que lo fuera por Gudea desde la ciudad de Lagash. Asimismo, invocaba a Nergal y a su consorte Ereshkigal y comentaba que la única solución que veía era una especie de revolución política. Ya había habido algunas leves incursiones de tribus de Amorreos cercanas, reforzadas con efectivos Elamitas, y se suponía que finalmente entrarían en Sumeria como si Lamashtu cabalgara con sus garras afiladas y cabeza de león. Dado que los Amorreos se encontraban tan próximos territorialmente, su religión y creencias no representarían un gran cambio con respecto a las actuales. Amunami me decía que estaría a favor en asimilar una política y unos gobernantes diferentes, a pesar de que inicialmente toda incursión en cualquier territorio es algo conflictiva.


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