Es contá. Me decía mi padre cuando una película te la contaba un personaje. Pues La Cortesana de Taifas de Magdalega Lasala que juro por Mitra que se apellida así, no LASAGNA ni lasaña, sino Lasala, a pesar de que su personaje principal es la Cortesana que se llamará durante la mayor parte del libro Büstan – libélula -, la que lo narra es la hija de Büstan, de nombre Marjân – Morgana -. La historia comienza cuando el último Califa de Córdoba es derrocado y muchos vividores, engañabobos, supuestos videntes, … que pululaban en torno de los nobles cordobeses y de la Corte Califal se esparcen por los Reinos de Taifas para buscarse la vida. En esa Córdoba Califal había una Comparsa con un mago presuntamente Egipcio que es lo que estaba de moda, con un ilusionista que se quería igualar al mago en importancia, con unas bailarinas exóticas, con … y en la Comparsa había una niña muy precoz y sumamente embaucadora llamada Anbar. Cuando tuvo que salir por patas de Córdoba embarazada de Marjân, Anbar rápidamente engañó a diestro y siniestro y cambió su nombre por el de Büstan. Igualmente hizo que cambiase su nombre una agorera con la que había huido, del nombre anterior de Esmeralda, puesto que la agorera se jactaba de ser descendiente de cristianos visigodos, al de Zumurrud. Büstan consiguió construir su propia Comparsa, acogiendo a un montón de gente que iban huyendo como ella y que desde luego le debían favores a imagen de Vito Corleone en el Padrino y con esa nueva Comparsa sobrevivir entre los Reinos de Taifas. Desde luego una vez hubo parido a Mârjan con la ayuda de su AYA Zumurrud como le llamaba, ya no pensó en ella como hija, aunque Mârjan sí que pensó en Büstan como madre.