Rodas la hija del Sol de Gillian Bradshaw


Cuenta la leyenda que había una Ninfa muy muy bella llamada Rodo, el Sol iba por ahí zumbando en su viaje cotidiano a lo largo del día surcando el cielo del Mar Interior, la vio, quedó prendado al instante y se casó con ella.
No estoy seguro, pero creo que la tal Gillian es una bruja que viaja al pasado de vez en cuando. De todos modos, en las páginas de Notas de la Autora dice en qué está basado el libro y que quien se quiera introducir de verdad en el Período Helenístico (tras la caída y disgregación del Imperio creado por Alejandro Magno) no se confíe en lo escrito por ella, solo que como lo que a mi me gusta es la ficción novelada, si puede aderezarse con un poquito de Historia mejor que mejor, pero ficción ante todo, no problemo.
La Marina de Rodas se dedicaba a comerciar y a cazar piratas. El libro comienza con el Atalanta un barco de guerra rodio con un Armador (Trierarca) que se encuentra en esos instantes en la Ciudad y con su Capitán Isocrátes de Camiro que persigue a un barco pirata (una pentecontera) hasta darle caza. El jefe pirata, Adronico intentó amenazar con un cuchillo a una mujer que había capturado de la que decía que era la favorita del rey de Siria Antíoco. Pero Dionisia, que así se llamaba la mujer, se giró, le arreó un piazo morisco y se arrojó al agua. El pirata se arrojó tras ella, y aunque el primer impulso de Isócrates fue seguirlos pensó que era el Capitán y el Capitán siempre debe permanecer a bordo y todas esas chorradas así que se giró a la tripulación y les ordenó a dos que se tirasen: uno para sacar a la mujer y otro para cazar al pirata, solo que al final el pobre pobrecito piratita pudo huir a un islote cercano. El Atalanta rescata a Dionisia quien parece tener información del rey de Siria que podría interesar al de Alejandría y así evitar un conflicto. Lo que ocurre es que el rescate de Dionisia no gusta a la nueva reina del rey de Siria y el conflicto ocurre. Y así Rodas intenta mantener su neutralidad a pesar de las simpatías personales de los diferentes particulares rodios, como pequeña República soberana esquivando las espadas de los reyes.