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domingo, diciembre 11, 2022

Jardín de Ayora

 

Sorpresa, sorpresa, hoy me he levantado tardíamente. Menos mal que iba a ir al Jardín de Ayora que está relativamente cerca de donde vivo y habito. Bueno, el Jardín y el Palacete que rodea está cerca, pero para ir hasta allí cogí el Bus 32, para volver lo hice a patita por la calle del Colegio de la Pureza que evidentemente era de monjas dado su nombre pero lo dicho: para ir hasta el Jardín cogí el suburbano (joder, parece que estemos en la Antigua Roma y hable de coger el Ano del antiguo barrio de la Suburra).

Bien, cuando el Bus me dejó en la parada llamada Ayora que está unos metros antes del jardín lo primero que aconteció es que descubrí mi completa ignorancia. Antes del Jardín de Ayora en sí hay una ampliación que rodea la Estación de Metro homónima de Ayora, prolongándose por detrás y llegando hasta la  (también de Ayora). Al principio es sólo césped y unos bancos para aposentar el cucu. Más adelante junto a la Piscina Municipal y al muro del Jardín de Ayora ya hay algunos árboles. En esa ampliación hay una zona canina, y en la verja había una serie de carteles, entre ellos uno que decía “Se busca ninfa” y la foto de un loro. Yo desconocía que había una cacatúa ninfa, cocotilla o carolina tal como dice la Wikipedia. Para mi, ya sabéis lo que se dice “las ninfas es tán ahí fuera”.


Ninfa


Entrando ya en el Jardín en sí. Se podría saltar el muro, pero es una chorrada porque se abre a las 9,00. Hay una pequeña pero acogedora arboleda rodeando el Palacete de Ayora, o al menos es una arboleda que le parecería pequeña al acomodado comerciante que construyó el Palacete (y que hoy alberga a la Universidad Popular). También rodeando el Palacete hay toda una fila de bancos como bailando una conga recubiertos de cerámica y muy bonitos. Igualmente hay un espacio que debió resultar ideal para instalar en él algunos columpios, toboganes y cosas así para el esparcimiento de los peques.


Palacete



Hilera de bancos


Banco

En esa parte trasera hay un muro pero con varias puertas que comunican con el verdadero jardín. Un bosquecito de especies varias (muchas identificadas con carteles y que tienen que llevar el DNI en la boca) atravesado de caminos, algunos de baldosas (no amarillas) y otros de tierra apisonada.


Frondoso jardín posterior al palacete



Camino de baldosas sonrosadas


Eso ha sido Jack el de las habichuelas mágicas

Y desde luego el artista del barrio se ha pasado por allí y ha dejado alguna obra para que la podamos admirar.




miércoles, noviembre 23, 2022

Sobre hormigas y dinosaurios de Cixin Liu

 

Sobre hormigas y dinosaurios de Cixin Liu.

Se dice que "sigue el estilo" de otro libro escrito también por este autor: La era de la supernova.

Es como una alegoría bastante fantasiosa, falta que algún ET ayudase a hormigas o dinos a construir alguna pirámide maya (y lo cierto es que existen restos arqueológicos que semejan hormigas). Bien, antiguamente hormigas y dinosaurios tenían un problema por separado. Los dinos habían llegado a desarrollar una inteligencia creativa, pero sus grandes garras hacía que no pudiesen realizar nada de precisión ni demasiado pequeño. Las hormigas poseían una gran inteligencia colectiva, pero individualmente su modo de pensar era bastante mecánico y lineal, pero sí que podían fácilmente llevar a cabo tareas de precisión. Todo comienza cuando a un dino se le atasca un lagarto al intentar engullirlo. El dino se echa molesto cerca de un hormiguero, y las hormigas con su “Alcalde” a la cabeza, deciden hacer de dentistas para el dino, ya que pueden introducirse en su boca y trabajar allí. Se acercan, el dino entiende finalmente qué se proponen y hace que su brazo actúe como puente para las hormigas. A raíz de aquello, otros dinos vienen a menudo para que las hormigas les hagan una limpieza. Y andando el tiempo, se inicia una colaboración entre especies y se crean la escritura, las mates, los ordenadores, los viajes en el tiemp … no, eso último no. Incluso al final del libro se habla de que se alcanzó una especie de “era de las maravillas”.

lunes, noviembre 21, 2022

Atarazanas

 

Sí, hoy me he levantado muy tarde y tan solo he podido ir a una exposición en las Atarazanas que se hallan muy próximas adonde habito, quizá unas 0,6 Millas Romanas aproximadamente o unas 0,000002604166 unidades de distancia lunar si se prefiere (siempre según la Web https://www.translatorscafe.com/unit-converter/es-ES/length/33-7/milla%20(romana)-kil%C3%B3metro/). Bueno, al lío. Al salir de casa, me fui caminando con mi bastón por la Calle de la Font Podrida (y no me lo he inventado, se llama así, combinación de dos idiomas, algo así como en el Cat Noir de Lady Bug, tendría que llamarse o Font Pudenta o Fuente Podrida). Bueno, iba caminando por esa calle y me topé con una colección de jóvenes Belladonas o Donas Bellas, que iban cogidas del hombro en fila como si fuesen una formación militar dispuesta a cargar contra un enemigo imaginario. Poder contemplar ese ramillete de beldades fue un buen alimento para mi mañana, que después de todo no solo de cafés y tostadas vive en cuerpo. Finalmente llegué a la Plaza de la Armada Española, la crucé en diagonal, pasando a través de la vía del tranvía y llegué a la Calle J.J. Domine con sus soportales. Me metí por ella, pasé el primer bloque de edificios (manzana, cuadra) y al llegar al fin del segundo torcí a la derecha. Enfrente, a mi izquierda tenía las Atarazanas, que tras su rehabilitación parecen … no sé bien lo que parecen. Son un semicírculo acabado en punta con una reja debajo, adornadas con un ancla para precisar motivos marineros. Por cierto, chicharos que la entrada era gratuita, al menos esa vez que fui y para esa exposición, pero creo que en el Almudín también lo era cuando fui. Dentro me encontré con una exposición de la artista francesa Emmanuelle Genolini llamada Belén.



Aunque este tipo de arte no es lo mío, soy bastante tradicional, me gustaron más estos cuadros:





Wikipedia

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