Vídeos (01/10/24)

Entrada destacada

Soneja

A unos cinco Km en línea recta de donde teníamos el chalet había un pueblo llamado Soneja (la burra vieja), por cierto que a un escupiñaj...

lunes, noviembre 08, 2021

La hormiga que quiso ser astronauta de Félix J. Palma

 

Cuando vi el título de este libro, La hormiga que quiso ser astronauta de Félix J. Palma, me dije que sería una buena idea leerlo. Voy a mi casa, abro el libro de unas 250 pag. y me encuentro con una Nota del Autor que en esencia dice en 1998 Pedro Duque despegó con el Discobery (no chanel) para un viaje de 8 días. Le permitieron llevarse una hormiga conservada en ámbar de 35 millones de años del Museo de la Ciencia de Barcelona. Luego el muy cabrito indica claramente que este libro no es la historia de esa hormiga, y se queda tan satisfecho el chico.

El libro está escribido haciendo múltiples referencias a películas y series de los años 70 y 80 y sobre todo a Star Wars. También aparecen sirenas en amores platónicos asexuados, una especie de anguilas que él llama “comemierdas”, ángeles con líneas de teléfono y desde luego la Muerte recorriéndose la ciudad llevando una lista de nombres y direcciones como un repartidor a domicilio. Hay una anécdota en la que Alejandro, que es como se llama el protagonista, está amancebado con una pintora que supuestamente es su Alma Gemela, y él como buen macho españolis huye de la situación. Ante esto, la pintora decide suicidarse, llamando antes a Alejandro. Este sale cagando leches de su piso, y de camino se cruza con la Muerte que va al estudio de la pintora a hacer su trabajo. Solo que la Muerte coge el autobús para hacer el trayecto, y para adelantarse Alejandro lo que hace es coger un taxi. Ya en el estudio, Alejandro hace vomitar a la pintora salvándole la vida. En eso llega la Muerte, toc toc, y como es la Muerte hace lo que quiere y va donde quiere y ha llegado tarde por culpa de … ese, hace la pantomima de que se ha equivocado de piso.

martes, octubre 19, 2021

Proyecto de Viaje a la luna ( IV Parte)

 

Bueno, lo dicho se había “clavado” la barca en en suelo con la proa mirando hacia arriba. Al rey le explicaron que en esa caja de madera meterían los barriles de Nafta, les prenderían fuego y … boom, la barca saldría volando. La cuestión es que el boom llegó un poco antes, algo debió ocurrir en el cercano templete donde estaba almacenada la Nafta. Igual fue la venganza del dios Usil porque se había realizado la empresa aunque este dios no había sido favorable a la misma, igual fue la facción militarista a la que se le fue la mano, o igual fue un simple accidente. Lo cierto es que el templete hizo ¡catapum chimpum! así de repente, enviándolos a todos a reunirse con sus dioses, Losna diosa de la luna incluida.

Aún así, como un pobre consuelo para el rey que yacía calcinado por la explosión de Nafta junto a los demás espectadores, su barca metálica sí que se elevó a los dominios de Ani. Ocurrió que Leusdemo estaba trasteando y dando los últimos toques al interior de la nave cuando explosionó la Nafta. Sintió entonces una gran sacudida y cayó a la base del vehículo totalmente inconsciente y hecho un ovillo. Tiempo después, recuperó la consciencia, aunque aún veía doble y no podía enfocar bien, como cuando bebía demasiado Vino de Vulci y tenían que llevarlo a casa entre varios amigos para que durmiese la mona. Intentó determinar dónde se encontraba, era una sensación extraña pero le parecía que estaba dirigiéndose a alguna parte a gran velocidad. Hacía poco había viajado con el capitán fenicio del extraño nombre, y siendo apenas un joven lo había hecho con barcos rodios, y recordaba la calma con que pasaban las distintas islas. Esta vez esa calma no existía, y aunque no podía vislumbrarlo, le parecía que todo ocurría mucho más rápido que cuando estaba en el mar. Entonces recordó que sí que había colocado un pequeño ventanuco en la proa de la barca, de manera que fue hacia allí y abrió el ojo de buey. Y entonces la vio. Una gran luna llena. Y estaba seguro que era algo más grande que la que había visto cuando estaba en el suelo y había levantado la cabeza para contemplar la luna que quería visitar el rey Ot. También le pareció un gran queso de esos que ponen a secar en las montañas. A Leusdemo le encantaba el queso y pensó que quizá se bañaría en su nata. Que comería a manos llenas de la gran cremosidad de la luna/queso. Quizá sería queso con nueces que a él le hacía pequeñas cosquillas en el paladar, o queso con cominos como el que hacían en la zona occidental. O quizá … entonces se dio cuenta que le faltaba el aire y a la vez iba perdiendo velocidad. El último pensamiento de Leusdemo, es que después de todo, quizá le diera tiempo a llegar a la Luna/queso, entonces podría respirar con el aire de la Luna y deleitarse con su manjar.

sábado, octubre 16, 2021

Proyecto de Viaje a la Luna ( III Parte)

Finalmente, el artesano Leusdemo estuvo a la altura de su fama y terminó la barca metálica en un tiempo record, tan solo cinco meses después de iniciados los trabajos, y tras soportar continuas interrupciones de mensajeros a caballo que venían de palacio para preguntar por el avance del proyecto. Además, Leusdemo grabó una filigrana laudatoria en la puerta de la barca para la diosa de la luna Losna, la diosa blanca, cosa que gusto mucho a un pueblo tan religioso. Pero en cuanto a la Nafta que trajo To Zeriipal tal y como se había quedado, resultó algo más cara de lo que Ot había pensado en un principio. “¿15.000 talentos de oro? ¿Estás loco fenicio? ¿Crees que todo lo que toco se transforma en ese metal como el rey de la leyenda helena?” - tronó Ot - Somos una pequeña colonia. Desde luego puedo mandar traer oro y plata desde las minas del interior, pero tardará un tiempo y nunca se puede confiar en que los turboletas no te den un susto en alguna encrucijada - clarificó -. “Señor, has de comprender. Los yacimientos están casi a ras, pero hay que extraerlos y eso tiene un coste. Luego, hay que almacenar el producto en barriles y trasportarlo hasta aquí por medio mundo. He tratado de mantener secreta la trayectoria del viaje desde Fenicia, pero siempre hay filtraciones, y los marinos hemos de enfrentarnos a piratas que van por libre, a la Liga Jonia, a piratas Licios, y a tus amigos los Helenos, y eso también hay que pagarlo” - respondió To Zeriipal -. “Desde luego, pero 15.000 talentos de oro ...” - protestó Ot -. “Hummm (fingió rumiar el fenicio), de 8.000 talentos de oro no puedo bajar” “Trato hecho” - cedió finalmente Ot -. Se escupieron en las manos y chocaron palmas para sellar el acuerdo, pero esta vez no hubo comida ni muchas reverencias al irse el capitán fenicio. A los siete meses llegó el cargamento de Nafta a puerto y se almacenaron los barriles en un templete bajo y cuadrado, efectuándose el pago el día después ante un sonriente To Zeriipal y un enfurruñado Ot al que intentaba aplacar una esplendorosa Ati. Los Arúspices consultaron el vuelo de unas gaviotas y determinaron que el despegue debería realizarse tras 25 amaneceres, cuando el Sol estuviera alto en el cielo. De manera que el día señalado se preparó una pequeña tarima con toldillo para el rey, la reina y sus consejeros. Junto a ellos a la derecha, los representantes del templo (con la Iglesia hemos topado), más a la derecha se situarían los representantes las aldeas. Y a la izquierda, el Alto Mando Militar. Ya enfrente, a cierta distancia (pero no demasiada, porque sino no se vería nada de nada y se había pagado la entrada, ¡8.000 talentos nada menos! El espectáculo no era el de Lady Gaga pero tenía su aquel), bueno decía que a cierta distancia estaba colocada la barca metálica dispuesta para zarpar. Se había “clavado” en en suelo con la proa mirando hacia arriba y una gran caja de madera hueca cubriendo su popa. 

 

 Proyecto de Viaje a la Luna (IV Parte) >>>



Wikipedia

Resultados de la búsqueda