El
Castillo de Luis
Zueco. Un libro de casi seiscientas páginas, así que procurad
que os guste el tema. Si es así, os aseguro que da gusto leerlo y es
difícil parar.
El libro El Castillo inicia su
desarrollo en el reinado del rey
Sancho III, llamado el mayor quien dominaba un extenso territorio
con los entonces
Condados
de Castilla y Condado
de Aragón, el
Reino
de Pamplona,
Sobrarbe, Ribagorza,
Carranza, Orduña, Bureba
y Arán. Todo
comienza cuando a Sancho se le mete entre ceja y ceja construir un
castillo en la frontera. Pero no un castillo como los que se
construían hasta ese momento en la península, que eran cuatro
cascotes hechos para durar poca cosa, sino una fortificación hecha
para durar Siglos como las construían al otro lado de los Pirineos.
Para ello necesita la colaboración de los Lombardos
que eran
los constructores por excelencia
de la época, y logra
que uno de ellos se adhiera a su causa pese a que están abandonando
progresivamente la Península. El enclave elegido para la
construcción del nuevo castillo está en las tierras de la Frontera.
Son tierras peligrosas pero la gente acude cuando no tiene nada que
perder o cuando huye de algo, también están los cristianos que
desde hace tiempo vivían en armonía en territorio musulmán pero
que al endurecerse las condiciones de vida en la taifa
para ellos, deciden cruzar a la parte cristiana y trabajar en Loarre,
nombre que se le puso al castillo,
y desde luego hay canteros del Languedoc quienes se enteran de la
construcción y solicitan trabajar en el nuevo castillo. Entre todos
hay un carpintero llamado Juan y su hijo Fortun quienes han estado
hace poco en la torre
de Abizanda al Sur de Ribagorza y ahora quieren probar en Loarre,
también hay una arquera de nombre Ava, un pastor llamado Javierre a
quien le gusta subir a las alturas, y un sacerdote bastante huraño
del rito de Toledo siempre acompañado de una misteriosa niñita con
el nombre de
Eneca que con el tiempo
desarrolla pasión por las hierbas, sobre todo curativas. Todos
ellos pondrán su granito de arena en este castillo que se convertirá
en un arma fundamental en la Reconquista
y la lucha contra "el
infiel" y en el desarrollo del que se convertirá con el tiempo
en el nuevo Reino de Aragón.