Liber Hiperbóreas, el legado de los Atlantes de Luis E. Iñigo Fernandez
Bueno, el anciano capellán de Su Santidad el Papa Benedicto XVI, Aldo Frattini encontró en la Riserva del Archivo Vaticano un códice escrito en extraños caracteres y en un idioma desconocido, si es que estaba escrito en algún idioma y no era una mera broma de la Antigüedad. Frattini es un Filólogo experto, habla varias lenguas, es un gran Paleógrafo, pero su especialidad no es la criptografía, Por tanto, finalmente envía una copia del códice al profesor Julius G. Davenport de la Universidad de Yale, gran criptografo y superfan de Star Trek.
Por su parte, el profesor Davenport había conocido a otro profesor, este de Historia y Literatura medieval en Harvard, James Tiberius Longfellow, y cuando comprobó que el nombre de este señor era el mismo que el que tenía el Capitán Kirk en la serie Star Trek se hizo amigo suyo. Y cuando Davenport consiguió descifrar el códice, le envió unos archivos por email a su amigo Longfellow.
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