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Soneja

A unos cinco Km en línea recta de donde teníamos el chalet había un pueblo llamado Soneja (la burra vieja), por cierto que a un escupiñaj...

sábado, mayo 16, 2020

El ejército perdido - Valerio Massimo Manfredi

El ejército perdido de Valerio Massimo Manfredi

Esta es la historia de cómo un príncipe de Persia llamado Ciro, no me refiero a Ciro el Grande sino a uno más “pezqueñito”, lleva a cabo su Juego de Tronos particular e intenta hacerse con el de su hermano el Rey de Reyes Artajerjes II. Desde luego inicialmente todos los soldados, con la sola excepción del General de la tropa quien hacía de enlace entre sus hombres y el príncipe Ciro, creían que su misión consistía en “limpiar” de rebeldes una zona del extenso Imperio Persa. Para ello contrata por toda Grecia a Soldados de fortuna, y si usted tiene la suerte de encontrarlos no dude en contratar sus servicios … tatachaaan tatatachaaan! tatachaaan tatatachaaan! Tatatatatarararapum! Cleanor era … el Puto Amo que comandaba toda la expedición y le encantaba que los planes saliesen bien, Quirisofo era … el hombre en la sombra supuestamente un soldado de alta graduación venido de Esparta y que aparece solo de vez en cuando, Jenofonte (despectivamente llamado “el escritor”) es quien se revela como un organizador y estratega al llegar el momento y toma las armas sin dejar de escribir sus crónicas para las que fue contratado, Abira es una joven de la zona que se enamora de Jenofonte (Jeno como ella le llama) y que es quien narra toda la novela, todos ellos forman los temidos e indomables Mantos Rojos.

martes, mayo 12, 2020

1421. El año que China descubrió el mundo - Gavin Menzies

1421. El año que China descubrió el mundo de Gavin Menzies. Este libro trata como una historia novelada la hipótesis de que tanto América como Oceanía fueron descubiertos por una flota del tesoro china de ingentes proporciones siglos antes que lo hiciesen los europeos, y de igual forma esta flota también realizó una circunnavegación del globo un siglo antes que Magallanes y Elcano. Esta hipótesis que presentaba no como simple hipótesis sino como cosa cierta, tuvo mucha aceptación entre el lector inicialmente ya que al llegar a puerto la flota china se encontró con su emperador derrocado y con que China se aisló del Mundo como había hecho en otras épocas. Se destruyeron todos los archivos chinos relativos al viaje en cuestión y se olvidó el asunto. De forma que Gavin Menzies hubo de ir escarbando en otros archivos: portugueses, venecianos, españoles ... y en varios mapas antiguos que evidentemente habían bebido de mapas chinos en algún que otro momento, documentos que aportó al libro y de esa manera le dio credibilidad, además el autor es un antiguo marino integrante de la Royal Navy con Licencia para Matar y puso su experiencia y conocimientos al servicio del lector. Pero no tardaron en aparecer detractores que le rebatían sus tesis una tras otra y que decían estar respaldados por expertos en una u otra materia. Tampoco estaban muy de acuerdo con las gigantescas dimensiones que Menzies atribuye a los barcos de la flota, ni que ya los chinos pudiesen medir la Latitud y la Longitud en aquella época. Pero teniendo en cuenta que la de los chinos era una hipótesis, que te la puedes creer o no como la de los Vikingos que descubrieron América, o la de los Fenicios, o la de mi peluquero que descubrió América cuando fue a buscar material novedoso con que poder cortar el pelo con una mayor eficacia. Aparte de eso, el libro está muy bien escrito, como si fuera una crónica, además aunque es un tocho de libro es muy ameno de leer. Si no recuerdo mal, me lo terminé en un tiempo récord y eso que ya tengo el pelo todo canoso. El libro va de un viaje pero a su vez está dividido en varios: A la Antártida y Australia; Australia otra vez, la Gran Barrera de Arrecife y las islas de las Especias, primera colonia en América, colonias en América Central; Un asentamiento en Norteamérica, expedición al Polo Norte; Donde termina la tierra, colonización del Nuevo Mundo, son algunos de sus "subtítulos". Lo cierto es que yo personalmente no tengo problema: no creo que exista América porque no he estado allí, ni creo que exista Australia por el mismo motivo. Más cerca, no creo que exista ni siquiera Suecia porque tampoco he estado ¿alguna sueca quiere que vaya por casualidad? pero sí que creo en la Luna, porque si levantamos el morro la vemos. Creo en Ibiza porque he ido, pero no en las Canarias porque no he ido y eso que se supone que es ESPAÑA aunque esté en África en la que no creo porque no he ido aunque me guste el norteafricano Anibal. Y una cosa más, quizá le interese a alguien, quien sabe, Gavin Menzies también escribió 1434: El año en que una flota china llegó a Italia e inició el Renacimiento



Más : http://nodulo.org/ec/2012/n127p03.htm


viernes, mayo 08, 2020

Invenciones.chavales

Esto de enumerar las invenciones me parece una tontería de marca mayor. Como después de todo siempre se quedarán ordenadas por la fecha de publicación del Blog, lo mejor es que deje de ponerles un numerito como si tuviesen una matrícula de coche de carreras. Esta dice así …

Estamos en la maravillosa Década de los 90 de Terminator 2 El Juicio Final dirigida por Cameron, no Díaz sino James y con John Connor como niño. La habitación o más bien leonera era la de un chico de 13 años de nombre Luis. Luis tenía unos apagados ojos grises pero que aún así lo investigaban todo, una barbilla con unos cuantos pelillos de los que estaba muy orgulloso pero cuya visión resultaba eclipsada enseguida por la gran cantidad de acné que allí proliferaba, una nariz escamosa y alargada que se solía pinzar entre el dedo índice y el pulgar de la mano derecha y en la que no hacía tanto tenía unas pequitas que la hacían “adorable” para las señoras del vecindario lo que evidentemente era la burla constante de sus “compis”, una mata de pelo pelirrojo “roig mal pèl cullerà de mel” como decía mi Tío Emilio el de Catarroja  que lo que lo hacía era inconfundible, y un cuerpo alto y desgarbado que parecía que fuese a romperse de un momento a otro. En ese momento Luis estaba tirado en la cama, incorporado un poco sobre unos cojines de Spiderman. Frente a él estaba su mejor amigo Sergi, Sergi era un chico también de 13 años que vivía a tan solo una calle de distancia. Era de cabello moreno oscuro, y al igual que Luis llevaba los pelos uno para cada lado, también tenía unas gafas de culo de botella pero que eso no engañe a nadie porque no todos los “gafotas” son muy estudiosos ni mucho menos, por ejemplo Sergi de un libro solo sabía que tenía tapas, también era delgado pero no tan alto como Luis quien casi alcanzaba el techo. Entonces llamaron al timbre de la puerta y los chicos intercambiaron unas miradas. - Fijo que esa es la Mari, la has invitado ¿no? - ¡Joder sí! no me seas plasta tron. En eso la madre de Luis, Valeria, asomó medio cuerpo colgándose de una mano del dintel y mostrando su exuberante escote y con una sonrisa dijo - parece que tenéis visita femenina chicos y con eso volvió a cerrar cuidadosamente la puerta. Sergi se quedó mirando fijamente a su amigo y sonriendo de oreja a oreja dijo educadamente - tu madre es muy simpática tío. ¡Potoplof!!! La respuesta de Luis fue coger como quien no quiere la cosa un cojín de apoyo de encima de la cama y sacudir al hombre araña en la granulada cara de Sergi. - Oye, métete el cojincito donde te quepa - Pues no sueltes esas giliflautadas. Casi enseguida volvió a entrar Valeria acompañando esta vez a Mari, una chica de edad indefinida y tipo Pippi Calzaslargas a la que solamente le faltaba el caballo. Valeria dejó a los tres acomodados encima de la cama formado casi un triángulo equilátero y después se giró para irse. - Bueno ahí os dejo, portaos bien. Cuando se fue, Sergi le espetó a Mari, - ya era hora de que Su Señoría menease el pompis y se dejara ver ... Mari lo ignoró olímpicamente frunciendo ligeramente los labios. En lugar de eso, se dio media vuelta, hizo como un perro cuando mea y ... ¡prrroooop! Por el aroma que dejó en el ambiente, no quedó ninguna duda de que su abuela había vuelto a hacer ese arroz con chorizo que le salía tan bien. Como los chicos eran tan puñeteramente limpios y delicados, el ¡prop! de Mari dio inicio a un verdadero concierto filarmónico de ventosidades y eructos, que la verdad si se hubiera grabado y en aquellos tiempos existiera Youtube, era para haberlo subido a la red. A pesar de lo cargado del ambiente del cuarto cuando se calmó la tormenta del podríamos llamarle exceso de meteorismo (Meteorismo según la Real Academia de la lengua Española es abultamiento del vientre por gases acumulados en el tubo digestivo), a nadie le apetecía ser el primero en confesar que sería buena idea abrir la ventana aunque sólo fuese para poder respirar libremente, porque Luis disimulaba o al menos lo intentaba echándose vaho en su propia nariz constantemente y estirándosela una y otra vez con la mano derecha como si se sonase con un pañuelo imaginario, Mari enterraba la nariz en los cojines de spiderman como un enemigo del Hombre Araña que buscase la forma de abatir al héroe, y finalmente a Sergi lo único que se le ocurrió fue pensar en Valeria "era simpática tal como le había dicho a Luis, y además tenía el mismo nombre que la amante de Conán, de eso se había dado cuenta, y jolín! vaya par de globos se gastaba la señora". Después de un tiempo, aparecieron Valeria y Pedro madre y padre de Luis, para despedirse porque esa noche salían. Bueno adiós cariñ ... ufff aquí huele a tigre que apesta. Abrid, y no hagáis nada malo chicos, muac, muac. Se oyeron los pasos de los padres alejándose por el pasillo y luego la puerta que se cerraba, como si le costase hacerlo y dejarles a ellos Señores de la Casa. Porque cerrarse la puerta y salir los chicos de la habitación para tomar oficialmente la casa fue todo una misma cosa. Primer objetivo de todo joven Solo en Casa: la cocina. Fueron rectos hacia ella a saquear el amplio frigorífico de los padres de Luis. Sergi tenía cierta debilidad por los bocatas de pan tostado en los que se "fregaba" media cebolla acompañada de unos cuantos dientes de ajo, lo bañada con un poco de aceite (la mantequilla no le iba) y arreando que es gerundio. A Luis lo que le iba era la margarina, toda aceitosa y grasienta, le añadía chocolate (preferiblemente blanco) y le espolvoreaba por encima algo de queso rallado. Se chupaba los dedos. Y Mari, cómo se metían con ella ... Le había dado por lo sano, verduras, legumbres y todo eso. Y todo eran sandwich vegetal por aquí, infusión por allá ... Claro que todo era una pose, porque de los arrocitos y dulces de su madre no se perdía ni uno.

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