jueves, julio 25, 2019

Espejo


Hoy me he mirado al espejo del cuarto de baño y no me ha gustado lo que he visto. Cuando me contemplaba, no me preguntéis porqué, pero he recordado de golpe a la madre de la “Volvo”. Esa mujer era, ¿cuál sería la expresión correcta para definirla?, la Reina de su casa y su hija la princesita aspirante al trono. Se solía pasear llevando unas botarras que le llegaban casi hasta las rodillas y unos pantaloncitos liliputienses de cortos que parecían introducirse en ella contorneando su cuerpo por debajo. No sé qué se creía, que aún era una quinceañera o algo así. Mi abuela Ramona (la pechugona) normalmente la fulminaba con la mirada mientras soltaba algún comentario condenatorio contra su indumentaria de colegiala si pasaba frente a nuestro chalet. Mi abuela ahí se parecía a la madre de Sheldon quien no podía ir a Rodeo Drive a comprar porque no tenía bastante dinero pero era gratis ir a ver quien sí podía hacerlo condenándolas con la mirada. Pero volviendo a esa mujer, al cumplir 40 años le debió de gustar horrores la cifra porque se plantó en ella y de allí ya no se movió, no sé, si hubiese sido una jugadora de esas empedernidas lo lógico hubiese sido que lo apostase todo al 40 a ver qué sucedía. Siguió cumpliendo años evidentemente, pero ella continuó erre que erre con sus 40 del alma donde se había quedado.
Pues esa mujer y su pechonalidad, perdón personalidad ha sido la que me ha venido a la memoria al mirarme hoy al espejo. Y es que creo firmemente que estoy alargando esto innecesariamente y escribiendo el blog de marras para intentar aferrarme a los jirones de mi infancia y juventud que desde luego hace mucho ya que pasaron a mejor vida y dejé atrás en el tiempo. “Joder, qué bien me ha quedado esa expresión, ni Góngora”. Continúo, eso es algo muy triste. Nunca creí que llegase a ser tan poco consecuente con mi edad, cuando hace tiempo me jodía cantidad tener la fotografía principal en una Web de contactos demasiado anticuada. Y es que a pesar de ser discapacitado físico, he vivido una infancia y juventud que podría calificar de “buenas”. Pero el tiempo verbal de esta frase es el correcto, lo he vivido. Actualmente solo tengo una afición, aparte de las inamovibles lectura, informática y TV de toda la vida, y es ver ocasionalmente como los turistas que suelen pasear por mi calle en Valencia camino de la Playa descubren con asombro los naranjos genuinamente bonitos y aromáticos repletos de naranjas y no tienen ningún reparo en llevárselas a la boca. Inmediatamente la expresión de su cara es de una comicidad absoluta, tirando al suelo la naranja que se han comido, gritando su repugnancia … la cuestión es que acaban de darse cuenta del hecho de que los naranjos son bordes y están ahí solamente de adorno. Me parece que lo que sí puede hacerse con esas naranjas es algún tipo de confitura, pero lamentablemente nada más y no estoy seguro tampoco de eso. Con esa tontería de los naranjos quiero decir que ya tengo 51 años y que desde luego que no estoy solamente para adorno, pero tampoco para nada demasiado efectivo.
Últimamente no es que duerma demasiado esa es la pura verdad. Usualmente me siento delante de mi ordenador y comienzo a escribir. Eso cuando no escribo primero a mano en un bloc de esos de hojas blancas que me regaló mi padre hace unos años y más adelante ya lo paso al ordenata (en la portada de la libreta pone El Mercantil Valenciano y es solo una suposición pero por la época en que me lo regaló mi pater familias el Levante que es el periódico que se compraba celebró su fusión con Ell Mercantil Valenciano). Hablando del ordenador, tengo una carpeta con el nombre BLOG y ahí guardo lo que voy a publicar o está ya en la red, y también tengo en una Hoja de Cálculo una especie de calendario de posibles publicaciones futuras, que desde luego de manera opcional me va informando de cuando he de publicar. Clarifico, la carpeta en cuestión está en realidad en uno de esos discos externos que me regaló un amigo de infancia de mi padre, digo esto por si algún listo tiene la brillante idea de meterse en mi portátil, aunque no sé que utilidad tendría hackear un blog personal pero sé que las apuestas son las apuestas.
Un apunte nada más, el primer ordenador me lo regalaron mis padres sobre 1990 y dijeron haberlo comprado por la Av. del Cid en un establecimiento que desde luego ya ni existe. Mi padre le puso el caritativo nombre de “tofoleta” (algo así como “tontita”) porque no solía separarme de “ella casi como si fuera tu novia”, gracioset que era el chico. Mucho más tarde (porque ese primer PC duró lo suyo), en una tienda que hace esquina en Serrería con Arquitecto Alfaro y ya en 2014, me compré un ordenador grandote y de sobremesa al que bauticé como “Gran tofoleta”, si no puedes con ellos únete. Creo que con el portátil de este año volveré (como el General Mc Arthur en la Segunda Guerra Mundial cuando le vencieron los japoneses. O como el Gobernador de California en cualquiera de sus pelis, ya que cuando dice la frasecita suena como un clásico), bueno volveré a los inicios y le colgaré a este portátil el dulce apelativo de “tofoleta II” o algo así. “Tofoleta” me recuerda enormemente a una comedia en valenciano antigua de teatro que muy por encima me relató mi padre. La obra quiere ser de miedo/terror, aunque está presente en toda la obra el típico cachondeo de la época. Para que nos entendamos y aunque supongo que será bastante posterior, sería un cachondeito parecido al de la peli “Bienvenido Mr. Marshall” o “La Escopeta Nacional” de Berlanga o ya remontándonos en el tiempo a “El virgo de Vicenteta i l’alcalde de Favara” de Bernat i Baldoví. Venía a decir algo como “Marieta estic en el primer escaló, Marieta estic en el segón escaló, Marieta estic en el tercer escaló, Marieta que t’agarre!”

viernes, julio 19, 2019

Teutoburgo


Teutoburgo de Valerio Massimo Manfredi. Lo que siempre me llama la atención de Manfredi es que él mismo se define como escritor y no como un escritor de una temática o género literario concreto como por ejemplo Novela Histórica o Novela Policíaca.
Pero esta sí que es una Novela Histórica. Comienza con dos jóvenes príncipes germanos hijos de un jefe querusco que van jugueteando por un bosque de su país natal buscando mariposillas de mata en mata, hasta que claro los caza una patrulla romana y los hacen rehenes, admirando una recién construida calzada romana cuando en Germania solo caminaban sobre senderos de barro y eso cuando éstos existían. Los nombres de estos jóvenes son Wulf y Armin. Bajo la tutela del Centurión Marco Celio Tauro, Wulf y Armin toman caminos diametralmente opuestos al enfrentarse a la Cultura Romana con la que dicho Centurión intenta impresionarles (esa parte me recodó la peli “la Vida de Brian” y su ¿qué han hecho los romanos por nosotros?): Wulf asimila rápidamente dicha cultura tanto es así que cambiará incluso su para los romanos impronunciable nombre por el de Flavus. Pero Armin tan solo lo latiniza un poco retocándolo y convirtiéndose en Arminius y continúa siendo un orgulloso e imbatible guerrero germano. De hecho volviendo a La Vida de Brian, Arminius diría aquello de “Bueno, pero aparte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?” “Nos han dado la paz. ¿la paz? que te folle un pez”. En Roma está Augusto de Emperador y su sueño para Germania era prolongar la frontera del Imperio hasta el río Elba. Ya un poco antes Julio César había intuido que un peligro para Roma podía venir de Germania y consolidó el poder romano en la Galia para que actuara de frontera natural. Augusto desde luego quiso dar un paso más, pero como no todos eran Augusto y había bastante rapacidad e incompetencia en la Administración romana, Teutoburgo frustró ese sueño. Todos los que hemos leído “Yo Claudio” de Robert Graves recordamos el poema cantado en el que Augusto le reclamaba al General Varo las Águilas Romanas que había perdido en la batalla germana.

jueves, junio 20, 2019

¿Quien mató a Cock Robin?


Bueno yo no, fue el gorrión o eso indica las cancioncillas infantiles de Mama Oca que según el detective aficionado Philo Vance hay que seguir, la cuestión principal es quién es el gorrión: Sperling cuyo nombre significa precisamente eso en alemán, el amargado y metódico Señor Pardee, Belle Dillard de aspecto de gorrioncillo de la que todos en cierta medida están enamorados, o algún otra persona. Lo cierto es que no hay tiempo de averiguarlo porque se suceden los incidentes uno tras otro.

 
    ¿Quién mató a Cock Robin?
    Yo dijo el gorrión ,
con mi arco y mi flecha
yo maté a Cock Robin

    ¿Quién preside el duelo?
    Yo, dijo la paloma ;
yo lloro mi amor perdido;
yo seré quien presida el duelo

                                             ¿Quién le vio morir?
Yo dijo la mosca ;
con mis propios ojos
yo le vi morir






Por otra parte, el que todo el asunto gire en torno a la casa del profesor Dillard, conocido matemático y físico pero también conocido como aficionado al ajedrez, y que sus más próximos vecinos también sean o matemáticos o físicos , y aficionados al ajedrez, hace que todo el asunto esté impregnado de la lógica de Spock.
  • Profesor Dillard, conocido matemático y físico.
  • Sigurd Arnesson, protegido del anterior y también profesor de matemáticas en la Universidad de Harvard.
  • Belle Dillard, sobrino del profesor Dillard.
  • John Cochrand Robin, pretendiente de Belle Dillard y campeón del tiro con arco y flecha.
  • Sperling, otro pretendiente de Belle, jugador también del mencionado deporte.
Criados:
  • Pyne, el mayordomo.
  • Beedle, cocinera e hija del anterior.
También juegan un papel muy importante los vecinos de la familia Dillard, por un lado:
  • Señor Drukker, joven jorobado, con mente un tanto infantil, gran físico y matemático.
  • Señora Drukker, conocida como Lady Mae. Madre del anterior y muy afecta a su hijo.
  • Señor Pardee, un amargado vecino ajedrecista y matemático elemental.