A partir de Chalkis ya fue más sencillo. Simplemente costeamos hacia el sur a través del Golfo sur de Eubea hasta salir al Mar Egeo y rodear la Paralia del sur de la Atica y llegar a Atenas. Una vez en el Pireo, se estuvo poco tiempo en puerto, ya que partimos en unas horas hacia Tarantos, una ciudad no muy agradable para nosotros puesto que había habido confrontaciones de Tarantos contra Yapigios y Mesapios desde hacía mucho, y para más inri nada favorables para mi pueblo, el final de nuestra larga travesía en barco desde el Ponto Euxino. Y en apenas dos jornadas caminando por la costa llegamos a Metapontion. Una vez en la ciudad fuimos directos al templo y, podéis creerlo? no nos recordaban. Jmag lo cogió al vuelo y la armó. Que después de que habíamos ido al fin del mundo por un Oráculo que huele a heces … que después de que nos habíamos jugado el cuello mil veces … hay que ver lo enfurecido que se puso (o que fingía estar), hacía un montón de aspavientos (me recordaba al capitán persa de Jerusalén en sus intercambios comerciales del puerto de El Pireo), y desde luego los sacerdotes no sabían ni qué hacer ni donde ponerse. Al final sacó de debajo de su capa las tablillas que yo había tomado prestadas en el Lop Nur y él me arrebató en Bizancio. "Aquí tenéis - les dijo poniéndolas encima de la mesa - hemos conseguido estas tablillas para el dios Menzanas (1)". Y nos fuimos antes de que se les ocurriera hacer preguntas, lo cual agradecí. Volvimos a salir de la ciudad. En las afueras estaba la desembocadura del río Brandano que solo teníamos que seguir hasta su inicio, andar como un estadio o dos hasta alcanzar el nacimiento de otro río, el Aufidi y desde allí seguir la costa hasta el sur dos o tres jornadas más hasta Vetonte, "la ciudad de los olivos". Ahora, bueno ya tengo mis añitos. Toca sentarse bajo uno de esos olivos y contar batallitas a los chiquillos sobre un extraño caballo dorado.