Escuadrón de Brandon Sanderson.
Bueno,
seguro que ya lo sabéis, es de todos conocido que tenéis una mollera muy
enriquecida, se trata de la historia de Spensa (en el primer volumen
de la saga Escuadrón), la que cazaba unas ratas muy suculentas en
las cavernas del planeta Detritus (los que hayan leído Astérix y
Obélix saben que Detritus es el malo que lleva la cizaña a
la aldea gala la cual resiste ahora y siempre al invasor, he dicho),
bueno cazaba ratas en ese planeta donde aterrizaron los descendientes
de los humanos los cuales vivían entre las estrellas y que llegaron
en una nave llamada la Desafiante, y al que no le guste que se joda y baile.
El papi de Spensa era el famoso Perseguidor que perseguía y se cargaba a los llamados krells, unos aliens que acosaban una y otra vez a los humanos de Detritus, aunque de todas formas parecía que los krells iban ganando cada vez más terreno. Spensa no era una niña como las demás, siempre escuchaba las historias de su yaya sobre los héroes antiguos que mataban dragones y machacaban cráneos. Y como tantas y tantas niñas adoraba a su padre el cual estaba en la llamada FDD (Fuerza de Defensa Desafiante) y quien le dijo que aspirase a las estrellas.