Bueno,
ya he terminado de leerme el error que me supuso comprarme la
Trilogía de Kikeron de Robert
Harris, porque ya sabéis que yo huyo de Trilogías, Tetralogías,
Pentalogías, Meteorologías, y todas esas giliflautadas, que si
estuviésemos en el plató de Ahora
Caigo tendríamos que tararear eso de “Mi
Trilogía, ¿cuándo
serás mía? ...”
Bien,
de este último volumen de la Trilogía - Dictator
- me ha gustado más bien poco. Supongo que si lo piensas es lógico
que no me guste. El primer volumen, Imperium,
trataba del ascenso político de Kikeron, o sea que era bastante
positivo de cara al protagonista. En Conspiración,
el segundo volumen, se le comienzan a torcer algo las cosas pero
acaba saliendo adelante. Pero en el tercer volumen Kikeron ya va
cuesta abajo como la Repúbica
Romana y aunque al acabar tuvo un último ramalazo y los
Estadistas Romanos por tradición podían fácilmente alcanzar la
edad de Edadepiedrix
el galo no pudo hacer mucho al final. Con esto no descubro nada
porque es es un hecho histórico, después de todo esta Trilogía
solamente trata de explicar su interpretación de dicha Historia.
Imaginad que lo que más me gusta de ese tercer volumen es que cuenta
que cuando Dolabela,
el tercer marido de la Tulia,
hija de Kikeron que éste amaba con locura, fue a hacer una visita a
su suegro a su casa de campo, no pudo recostarse por culpa de una
herida de una batalla y hubo de comer sentado como un bárbaro. La
verdad es que ahora que lo pienso mejor no está tan mal el librito,
tiene algunos aspectos que lo hace que incluso aproxime más la labor
de Kikeron al lector. De la misma forma que Iulio Caesar tiene sus
truquitos y escribe sus Comentarios de la Guerra de las Galias en 3ª
persona dando sensación de imparcialidad, Marco Kikeron cuando
quiere recopilar las cartas recibidas a lo largo de su vida, entonces
comprueba que en algunas de ellas aparecen insultos, amenazas y
burlas, su amigo le pregunta si quiere suprimirlas de la
recopilación, pero él dice que le parecería ridículo hacerlo, que
aunque se le denostase, se le insultase, lo importante sería que se
le leería.
El
que había sido su esclavo
Tiro dijo que su cita más importante era “mientras
hay vida, hay esperanza” y supongo que esta cita tan "mona" define su vida, de no rendirse nunca y sobrevivir siempre.