Comprobado, soy un cabezota. Me había propuesto visitar la Torre Bofilla (andalusí y del Siglo XI) que está solamente a unos 3 km de Bétera más o menos, y creo que he ido por el camino más intrincado, serpenteante, analfabeto y neurótico que imaginarse uno pueda. Bueno, en realidad fueron una serie de caminos, carreteras y vías de servicio, pasando de uno a otro como un equipo de relevos. Tardé lo mío, pero ¿sabéis? al final, con la lengua colgando, los riñones pidiendo clemencia y los pies arrastrándose por el camino, descubro al otro lado de una Autovía la inconfundible silueta de la Tierra Seca … perdón de la Torre Bofílla. Entonces he de admitir que tuve un golpe de suerte, vi a una parejita que paseaba a un perrito juguetón y saltarín. No sé qué debieron pensar al ver aparecer de repente a un individuo con barba de dos días y que les pregunta sobre eso, cuando la gente usualmente preguntará más si saben donde está el Camping con “tal” nombre o donde está la Salida “cual” de la Autovía. Pese a todo, fueron muy amables y me dijeron que continuase por el camino unos metros y vería un puente, lo pasara, y habría cruzado por la parte superior de la Autovía. Que entonces siguiese medio km más o menos y ya estaba. Y efectivamente, después de ese recorrido llegué a la base de la Torre, lo que ocurre es que había una verja rodeándola, pero eso es más o menos lógico. Lo ilógico sería que no hubiese nada y estuviese abandonada.
Tierra seca de Bofilla
Torre Bofilla
Al volver ocurrió algo curioso, mientras caminaba sonaba una sirena como esas de películas de fugas de prisiones. Y hay que tener en cuenta que yo estaba en Bétera y a los habitantes de Bétera aún les hacemos bromas porque su ciudad acoge el famoso psiquiátrico. Y encima yo me había bajado en la parada del metro que está en ese psiquiátrico, aconsejado por una señora que también me dijo que era la más cercana la Torre Bofilla. Desde luego, si conseguía agarrar a esa señora, la colgaba por los pulgares.
Al volver oscurecía
Al volver mirad cómo estaba de oscuro. Le hice una foto al coche de estos expertos el señalética y hay poca luz la verdad. Joder, lo cierto es que no había oído en mi puta vida la palabrota esa. Está bastante claro lo que significa, pero en mi puñetera vida la había escuchado.
Volveré a Bétera. Tiene mucho de todo, aunque parece que estén permanentemente en obras.